Estoy muy preocupada por Mario. Koke dice que salió de la Ciudad deportiva muy rápido y ni siquiera quiso hablar con él. Lo he llamado y no me coge el teléfono así que he decidido ir a su casa. Otra vez estoy sintiendo esa molesta punzada en mi vientre. Tienen que ser los nervios. Pero me duele bastante cuando me da.
Estoy llamando al timbre con insistencia y me abre después de varios minutos. Me quedo sorprendida al verlo. Está despeinado, los ojos están muy rojos y está descalzo con la camisa por fuera del pantalón.
- ¡Hombre! Si está aquí mi enamorada –me dice Mario mientras le pega un trago a una botella que tenía escondida en su mano izquierda- pasa bonita, que nos vamos a divertir un rato
Está borracho y no me gusta nada verlo así. Me abre la puerta y yo paso hacia dentro. La cierro y sin darme tiempo a reaccionar me acorrala contra la pared. Huele mucho a alcohol. Es desagradable verlo así borracho. Va a darme un beso y yo giro mi cara acabando sus labios en mi mejilla.
- ¿Qué te pasa ahora? ¿Te has vuelto delicada?
- Estás borracho
- ¡No me digas! Es que eres más lista –Mario anda por el pasillo. Voy detrás de él y al llegar al comedor se deja caer en el sofá
- No me cogías el teléfono. Ni a mi ni a Koke –le digo cruzando los brazos enfrente suya- y a él lo has ignorado en La Ciudad Deportiva ¿que ha pasado?
- No te importa Maria. Son mis mierdas, no te metas - me dice mientras le da otro trago a la botella
- Pues mira si que me importa, y deja ya de beber joder... - estoy tan cabreada de verlo así. Intento quitarle la botella y él me esquiva la mano mirándome furioso
- ¡No me sale de los cojones dejar de beber! ¡Para eso estoy en mi casa! Asi que si no te gusta, ya sabes donde esta la puerta bonita
- No me pienso ir y dejarte solo, gilipollas - le respondo yo también muy enfadada. Es la primera vez que lo veo así y me temo que la conversación con su madre no ha ido muy bien que digamos.
- Pues a lo mejor yo no quiero que estés aquí
- Pues te jodes - le digo cada vez más enfadada
- ¡Lárgate de mi casa Maria! -me chilla Mario poniéndose recto en el sofá
- ¡No me da la gana! -le respondo yo al mismo nivel
- ¡Que te largues te digo! - Mario se pone de pie y cada vez está más cerca. No me da ningún miedo verlo así delante de mi. Sé que él jamás me haría daño
- ¡Que te he dicho que no! -le digo casi pegando mi cara con la suya
- Joder. Eres como una puta lapa, todo el día pegada a mi - vale si, eso me está doliendo. Si se trata de hacerme daño para que me vaya, lo lleva claro - ¿porque coño no me dejas? Eh, ¿porque?
ESTÁS LEYENDO
No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)
RomanceMario hermoso está cansado de que las mujeres lo utilicen. En su vida hace mucho tiempo que no hay sitio para el amor. Después de un matrimonio fallido, juró que jamás volvería a casarse y mucho menos entregarle su corazón a nadie. Aunque a la única...