38. Una Visita Inesperada

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📅 Principios de Abril

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📅 Principios de Abril

Maria estaba en su despacho haciendo tablas de estadísticas. Era muy aburrido hacerlo, pero, necesario para ver como marchaba el equipo. Estaban clasificados para los cuartos de final de la Champions, y en liga iban segundos a la espera de un tropiezo de la Real Sociedad, que este año iban lideres de la clasificación. El Real Madrid había remontado hasta un meritorio tercer puesto después del desastre del inicio de liga. Y todo gracias a Marco Asensio, un gran acierto como entrenador.

Maria suspiraba pensando en los últimos días con Mario. Anoche la llevó a cenar a las afueras de Madrid a un restaurante en plena Sierra y después se había quedado a dormir en su casa. Cada vez dormían más noches juntos y todo era idea de Mario.

En las concentraciones se respetaban aunque el besito de buenas noches antes de irse cada uno a su habitación, no se lo quitaba nadie. Entre ellos habían cambiado mucho las cosas hasta el punto de que volvieron a cenar con Koke y Clara y esta vez fue diferente. Incluso Mario le dijo que se lo había pasado muy bien con la pareja. Algo que la puso muy contenta.

Ahora si tenía esperanzas, esperanzas de algo más con él, algo que fuera un poquito más sólido. Pero ella tenía paciencia. No quería forzar nada y que Mario se agobiara, aunque últimamente, de agobiado, nada. En la mayoría de ocasiones era Mario el que le proponía ir a sitios o hacer esto y aquello. María sonrió pensando en él hasta que el teléfono de su despacho sonó sacándola de sus pensamientos. 

- Dígame -dijo ella contestando muy alegre

- Perdone que la moleste señorita Maria. Soy Pedro de recepción

- Dime Pedro

- Hay aquí una señora que dice que es la madre de Mario Hermoso y quiere verlo

Maria abrió los ojos como platos y se llevó las manos a la boca estupefacta. Lo que menos se esperaba que pasara esta mañana era que la madre de Mario apareciera en la Ciudad Deportiva. 

- Es que no sé lo que hacer señorita y como la plantilla aún está entrenando...

- No te preocupes Pedro, ya me encargo yo. Voy para allá

- Se lo agradezco señorita

- Y Pedro... llámame Maria por favor...

- Oh, si claro

María salió de su oficina bastante nerviosa. No tenía ni idea de lo que hacía la madre de Mario aquí. Nunca la había visto ni había escuchado hablar de ella. Mario nunca hablaba de su madre, y María no preguntaba. Recordaba que cuando Mario tenía 17 años se fue a vivir con Marcos y Maya durante bastante tiempo, pero no sabía nada más.

Caminó por los pasillos bastante nerviosa y con el corazón en un puño. Llegó hasta la sala de espera de los visitantes y Pedro le hizo un gesto señalando a la mujer que esperaba de pie junto a los asientos. María se acerco a ella y la miro disimuladamente. Lo único que tenía en común con Mario eran sus ojos. Eran del mismo tono de azul que el moreno. Por lo demás, no se parecían ni físicamente. Más parecía una señora que quería ser la hermana de Mario, por su forma de vestir, que su madre. Un escalofrío recorrió el cuerpo de la chica al ver a esta mujer. María había heredado el sexto sentido de su madre para algunas cosas, y en este momento, le decía que esa mujer no le gustaba. Y que traería problemas.

No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora