📅 Primeros de febrero
Mario aparcó el coche en una de las calles del barrio de Chamartín. Todavía no eran ni las 5 de la tarde. El sol se estaba retirando poco a poco y la temperatura estaba bajando considerablemente. Se bajó de su auto y esperó a que María lo hiciera también. Ella miró el local que había justo enfrente. Caminaron uno al lado del otro dirigiéndose hacia el. Mario le puso la mano en la espalda para guiar sus pasos.
- Me parece increíble que abran un domingo sólo para ti –le dijo María llegando a la puerta del establecimiento
- Soy Mario Hermoso. Me dejo mucho dinero en este sitio, como para que no me atiendan un domingo
- Prepotente –le dijo sacándole la lengua
- Y tu culona –le dijo él dándole una palmada en el culo. María protesto sin mucha convicción
Entraron juntos en el estudio de tatuaje. No era un sitio muy grande. Si acaso un par de habitaciones. Aunque la decoración y los dibujos le encantaron a María, quien miraba todo con mucha atención. Para una amante del arte como lo era ella, este sitio era lo más parecido a un museo. Miraba las paredes repletas y alucinaba cada vez más. Al momento un chico más mayor que Mario los recibió. Era de mediana estatura pero de complexión fuerte. Estaba rapado de la cabeza y llevaba una poblada barba. Su piel llena de tatuajes de colores brillantes. Mario y él se dieron un amistoso abrazo y después de hablar un rato los hizo pasar a una de las habitaciones.
María había terminado su dibujo hacía unos días y él ya se había dado la primera sesión el viernes. Hoy lo terminarían y la había traído para que viera los resultados. El de San Blas quería darle la sorpresa. Se sentó en el sillón de tatuajes viendo como Miguel, el tatuador preparaba todos los instrumentos.
- María es la diseñadora del tatuaje –le dijo Mario con orgullo
- Pues déjame que te diga que dibujas de puta madre –le dijo Miguel- ¿tienes más diseños hechos?
- Bueno...yo...-contestó ella- la verdad es que tengo un block entero de dibujos, pero tampoco es que sean muy buenos, y la mayoría son de dragones...
- Si son la mitad de buenos que este, te aseguro que sería capaz hasta de comprártelos... ¿Porqué no me los traes algún día y les echamos un vistazo?
- Vale. La verdad es que me encantaría –le dijo ella azorada
- Quién sabe, lo mismo te interesa dibujar para nosotros...
María sonrió por la propuesta. No era algo que alguna vez se hubiera planteado. Pero bueno, no estaba de más tener opciones. Era la segunda vez que iba a ver un dibujo suyo convertido en tatuaje. De Paul se había tatuado también el dibujo que ella le regalara y al rojiblanco le encantaba presumir de ello en el vestuario.
ESTÁS LEYENDO
No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)
RomanceMario hermoso está cansado de que las mujeres lo utilicen. En su vida hace mucho tiempo que no hay sitio para el amor. Después de un matrimonio fallido, juró que jamás volvería a casarse y mucho menos entregarle su corazón a nadie. Aunque a la única...