26. Besos suaves, caricias lentas

3K 110 59
                                    

*** El capítulo contiene escenas de sexo +18. Ya sabéis que yo escribo sexo explícito. Advertidas estáis que luego no quiero quejas***

 Advertidas estáis que luego no quiero quejas***

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Maria entró con timidez en casa de Mario. Parecía que era la primera vez que estaba aquí. Estaba nerviosa. A pesar de lo que hablaron en Málaga, ella tenia la sensación de que él estaba de otra manera con ella. Y esa manera le gustaba mucho. Se lo llevaba demostrando todo el día, con besos, abrazos, caricias y confidencias. Y bueno, se alegraba de que Mario estuviera así con ella, porque la pequeña esperanza que antes tenía, ahora era un poquito más grande. 

Habían parado a comprar la cena y ahora estaban sentados en la cocina. Habían preferido cenar en su casa pues estaban muy cansados de todo el día. Mario sacó los recipientes de la bolsa poniéndolos encima de la mesa. Ensalada y pollo con verduras para él y para Maria solo lasaña de boloñesa. 

- ¿Cómo está la lasaña? -le preguntó Mario mientras pinchaba de la ensalada

- Bastante buena. ¿Quieres probarla? -María le cortó un trozo y se la acercó a la boca. Tuvo que tragar saliva al verlo saborearla. Estar tan cerca de él la volvía loca. 

- Es verdad, está muy buena. En este sitio se come muy bien -Mario la miró comer y se relamió los labios- ¿te lo has pasado bien hoy?

- La verdad es que si -le dijo ella sonriendo- pero me da una cosa de Sabrina. Tan joven y que tenga que hacerse cargo de su hermana. Me ha dicho que se puede tirar meses sin ver a sus padres, que cuando no es la aceituna es la vendimia...

- Pues, si, es una pena. Pero por lo menos Candela tiene a su hermana. Hay otros niños en el barrio que no tienen esa suerte...

Siguieron hablando un rato más hasta que terminaron de cenar. Mario fue al congelador y sacó un bote de helado de chocolate. María lo miró riéndose. Se puso al lado de ella y le dio una cuchara. Abrió el bote y empezaron a comerlo juntos. A los dos minutos, Mario se dio cuenta de que había sido una mala idea. Verla comer helado relamiendo la cuchara hizo que se pusiera muy duro. 

- María, termina ya de comer helado o no respondo -María se rió y se paso la lengua por los labios saboreando el chocolate para provocarlo. Mario le quitó la cuchara y guardo el helado rápidamente- vale, suficiente

La cogió de la mano para que se levantara y la saco de la cocina en brazos. María puso sus manos en su cuello mirándolo traviesa. Mario la llevo al dormitorio y la puso al lado de la cama. Le quitó la sudadera de capucha y la camiseta que tenía debajo. Fue hasta la cómoda de su cuarto para buscar algo en los cajones. Volvió de nuevo a ponerse delante de ella.

- ¿Confías en mi María?

- Si -le contestó ella sin titubear y expectante ante lo que pudiera pasar

Mario le dio un dulce beso en los labios saboreando su boca lentamente. Le enseñó lo que tenía en las manos. Era una pashmina de seda. La dobló horizontalmente y la acercó a ella para, posteriormente, vendarle los ojos con la suave prenda. María estaba algo nerviosa, pero también excitada.

No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora