Mario hermoso está cansado de que las mujeres lo utilicen. En su vida hace mucho tiempo que no hay sitio para el amor. Después de un matrimonio fallido, juró que jamás volvería a casarse y mucho menos entregarle su corazón a nadie. Aunque a la única...
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A María le cambió la cara en dos segundos. Su corazón acababa de romperse otra vez. Estaba blanca. Quería llorar, quería gritar. Quería pegarle a Mario. Y de nuevo la culpa era de la camarera. Alzó sus ojos mirándolo intentando que no se le notara nada. Él cogió la bolsa que le daba la camarera dándole las gracias. Tenía que salir de aquí ahora mismo o mucho se temía que se pondría a llorar. Y hacerlo delante de todos es lo que menos quería. Sobre todo delante de él. No se merecía sus lágrimas. No se merecía nada de ella. Ya no.
Fue a levantarse y la mano de Koke agarró la suya impidiendo que lo hiciera. Maria giró su cabeza mirándolo desconcertada. Él le sonrió y la miró con ternura. Acarició su mano tranquilizándola.
- ¿Qué era eso que me contaste de la Fundación el otro día? - le pregunto Koke para que hablara y nadie notara lo que pasaba
- Pues... ¿La campaña de la epilepsia? - acertó a decir Maria sin poder mirar a Mario a la cara. Escuchaba a Saul y a Jan reírse con él deseosos de saber con detalle sobre el encuentro con la camarera
- Si eso, cuéntame - Koke la miró y le sonrío realmente preocupado por ella. El capitán no entendía a Mario para nada.
- Estamos haciendo anuncios para Facebook e Instagram y creo que también habrá una recaudación de fondos...
- Suena interesante, ¿os puedo ayudar? me interesa mucho el tema -Koke siguió dándole conversación desviando su atención
- Si, claro. Miraré a ver como puedes... - el móvil de Maria interrumpió la charla. Lo cogió de la mesa y vio que era el míster- dime Diego
- ¿Podrías venir a mi despacho por favor? Es muy urgente - le dijo él algo serio
- Si, voy para allá - Maria se levantó recogiendo sus cosas.
Se despidió con apenas unas palabras y sin mirar a Mario. Él la siguió con la mirada y giró su cabeza para encontrarse con los ojos desaprobadores de Koke. Bajó su cabeza algo avergonzado. Saul y Jan fueron los primeros en irse. Cuando se quedaron a solas Koke le habló.
- No sé si es que eres gilipollas o es que te va la marcha Mario - le dijo Koke muy serio
- Déjalo capi - le dijo Mario cruzando sus brazos
- No lo dejo. Es que no sé cómo no te has dado cuenta que tienes delante una pedazo de mujer que es increíble. Y tiene que serlo para aguantarte, porque yo no sé como no te ha mandado ya a la puta mierda
- Nosotros no somos nada
- Repítetelo más veces a ver si al final te lo acabas creyendo. ¿Sabes lo que te digo? Que no te la mereces. Maria es todo lo que un hombre necesita y por dios, que ese hombre no eres tú Mario. Que pena que por ser un puto cabrón te estés perdiendo la oportunidad de estar con la mejor mujer que has tenido en tu vida
