📅 Al día siguiente
- ¿Y porqué no podemos irnos ya? -miro a María y pongo carita de perrito abandonado. Hasta le pongo morritos y todo
- Porque acabamos de llegar Mario -me dice ella regañándome- esta fiesta es para vosotros, estaría feo que nos fuéramos tan pronto
- Es que no quiero estar aquí -pongo una de mis manos en su mejilla acariciándola
- ¿Y dónde quieres estar Hermoso? -me pregunta ella suspirando
- Ya lo sabes -acerco mi boca a su oído y siento como su piel se pone de gallina- en nuestra cama
- No sé ni para que me molesto en preguntar -María rueda sus ojos y entrelaza sus manos en mi cuello mirándome haciéndose la fastidiada.
Hoy ha sido un día muy intenso. Visitas a la Comunidad y a la Alcaldía para ofrecerles la Champions, y luego al Wanda para el fin de fiesta. Estoy muy cansado. Estoy deseando que llegue el miércoles. María y yo nos vamos de vacaciones. No le he dicho donde vamos, es un secreto, y sé que le va a encantar. Acabamos de terminar de cenar todo el equipo en un restaurante del centro y ahora estamos en una macro-discoteca para el fin de fiesta. María está preciosa con su vestido negro ajustado. No puedo dejar de mirarla, ni a ella ni a su corto vestido, ni a su escote, bueno, ni a todo.
Estamos sentados en un sofá. Ella está encima de mi y yo aprovecho para acariciar su muslo desnudo. Nos miramos a los ojos y sus labios buscan los míos con mucha prisa. Es un beso desesperado y no puedo evitar gemir al sentir su boca estrellándose una y otra vez contra la mía. Mis manos están enredadas en su pelo y tiro de él para acercarla más a mi y poder profundizar el beso. Quiero devorarla entera, estoy hambriento de sus labios y de sus brazos en mi cuerpo. María me provoca de unas maneras que nunca nadie me había provocado.
- Parecéis dos adolescentes enrollándoos en la parte oscura de la discoteca -nos dice Saúl sentándose a nuestro lado. María se separa de mis labios y pone su cabeza en mi pecho
- ¿No hay por ahí ninguna tía que se haya quedado hechizada con tu belleza? -le pregunto gruñéndole
- La verdad es que no -responde Saúl encogiendo sus hombros
- Deberías pasearte por la parte de abajo y exhibirte, seguro que alguna cae. Que ser campeón de Europa da mucho morbo
- ¿Es que queréis que me vaya?
- ¡Si!
- ¡No! -dice María levantándose de encima mía- anda quédate un poco con él, Saúl. Yo me voy a por un refresco y a hablar un rato con Clara y las chicas
- ¡No, María! -le grito mientras la cojo de la mano para que vuelva. Ella me saca la lengua y se va a una esquina del enorme reservado con Clara y otras mujeres- ¡no me dejes solo con él!
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No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)
RomanceMario hermoso está cansado de que las mujeres lo utilicen. En su vida hace mucho tiempo que no hay sitio para el amor. Después de un matrimonio fallido, juró que jamás volvería a casarse y mucho menos entregarle su corazón a nadie. Aunque a la única...