43. La historia de Mario

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Maria y yo estamos los dos metidos en la cama

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Maria y yo estamos los dos metidos en la cama. Ella con las piernas cruzadas medio tapada con la sábana y el edredón. Yo apoyado en el cabecero de la cama mirándola. Estoy nervioso pero necesito contárselo, necesito desahogarme con ella. Que vea quien era y como era mi vida antes de conocerla. Exceptuando Maya, Marcos y Koke, nadie sabe nada de mi vida. Ni siquiera a mi ex le conté mi historia.

- No estés nervioso Mario –me dice María agarrando mi mano- nada de lo que me digas va a hacer que te quiera menos

- Me da vergüenza contarte todo, pecosa. Yo no he tenido una vida fácil –le digo acariciando la palma de su mano.

- Por eso te quiero más. Por lo valiente y fuerte que eres Mario...

- A ver por donde empiezo... -le digo mordiendo mi labio superior- no te creas, pero me cuesta un poco empezar...

- No tenemos prisa. Cuando tú quieras y estés preparado –me dice ella con una gran sonrisa. La miro y mi corazón se altera considerablemente. Cada día estoy más convencido que algo bueno he tenido que hacer en la vida para tenerla a mi lado

- Estoy bien, de verdad...Bueno. Vamos allá. Mi padre nos abandonó cuando yo nací, así que nunca lo conocí y mi madre tampoco me hablaba de él. Bueno, si, se refería a él como "el hijo de puta". A mi me crió mi abuela. Mi madre sólo aparecía a último de mes para que mi abuela le diera dinero de la pensión y así hasta el mes siguiente. Mi abuela fue la que se encargó de mí. Incluso era la que me llevaba a los entrenamientos del Madrid. Esa fue una época muy feliz –miro a María y la veo sonreírme- Ella iba a verme a todos los partidos, se preocupaba porque comiera bien, que estudiara y que nunca me faltara de nada. Aunque bueno, había veces que alguna vecina del barrio nos llamaba porque habían visto a mi madre tirada en el parque durmiendo la mona y tenía que ir a por ella y traerla a rastras. Y créeme, no es agradable ver a tu madre borracha y drogada a pleno día dando el espectáculo delante de todos. 

- ¿Cuántos años tenías?

- Doce o trece, no recuerdo. Lo que si recuerdo eran las burlas de mis compañeros de clase. Y lo peor era tener que escuchar que por 30 euros mi madre se dejaba hacer de todo -María se lleva las manos a la boca y jadea horrorizada- creo que eso fue lo peor. Que en el instituto me llamarán, "el hijo de la puta"

- Mario. Es horrible que siendo tan pequeño tuvieras que pasar por eso

- Si. Lo es. Pero empecé a pasar de todo y a hacerme el fuerte. Les contestaba cuando me hablaban así y me metía en peleas. Hasta que mi abuela me cogió un día y me dijo que si no quería que me dijeran que era como mis padres, que no actuara como ellos

- Tu abuela era muy lista -María me sonrie mientras me lo dice

- Si que lo era sí. Era increíble. Hasta que bueno...un día llegué del instituto y a mi abuela le había dado un ataque al corazón, iba a llamar a urgencias cuando mi madre apareció por la puerta y me lo impidió. Me obligó a irme al entrenamiento. Yo estaba tan preocupado por ella que ese día no dí pie con bola y me gané la regañina de mi entrenador. Para cuando volví, mi abuela ya no estaba. No había nadie en casa. No te puedes imaginar la noche que pasé sin saber lo que había ocurrido. Mi madre apareció a la mañana siguiente y me dijo que se había llevado a la abuela al pueblo para que se recuperara, y que no podría verla. María, yo tenía 15 años y no tenía ni idea de nada. Mi madre me dejó algo de dinero y se largó. Me dejó solo

No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora