16. Estaría Tardes Enteras Así Contigo

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Me encantan los tatuajes de Mario

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Me encantan los tatuajes de Mario. Son una obra de arte. A mi que tanto me gusta pintar me tienen fascinada. Mis dedos los recorren con suavidad sintiendo como se le pone la piel de gallina. Estoy boca abajo en su cama con toda mi espalda al aire. Llevamos toda la tarde aquí en su dormitorio. Si alguien alguna vez me hubiera dicho que acabaría en su cama, no le hubiera creído. Ni en mis mejores sueños podría pensar que acabaría así con él, desnuda, y con demasiados orgasmos en mi cuerpo. No quiero pensar en nada más, porque sé que si lo hago, voy a agobiarme, y no quiero. Estoy demasiado agusto tal y como estoy ahora. 

- ¿Porque te hiciste un dragón Maria? - miro a Mario y él acaricia mi espalda haciendo que se me erice la piel

- Por que me encantan los dragones. Cuando estaba en el instituto pintaba dragones a todas horas. Veía cualquier serie o película donde salieran. No sé, ¿nunca has estado obsesionado por algo?

- Si, creo que también. Aunque no lo recuerdo mucho...me gusta tu dibujo. Iba en serio cuando te dije que te pediría que me dibujaras algo

- Me encantaría diseñar tu próximo tatuaje - miro a Mario y me incorporo para besarlo.

Pongo mis manos en sus mejillas y me entretengo besando sus labios. Él acaricia mi espalda mientras yo estoy perdida en sus besos. El sonido de su móvil nos interrumpe. Mario no le hace ni caso y sigue besándome. El móvil se calla, pero vuelve a sonar

- Cógelo - le digo viendo su cara de fastidio. Mario alcanza el móvil y se incorpora en la cama

- Es tu tía Maya - Mario pone uno de sus dedos en mis labios para que me calle

Contesta el teléfono mientras se apoya en el cabecero. Se ponen a hablar mientras yo aprovecho para disfrutar de lo sexy que está con la sábana cayéndole por las caderas dejando al descubierto su esculpido pecho . Lo acaricio y voy bajando mi mano muy despacio hasta agarrarle el pene el cual está ya bastante grande y duro. Mario se muerde los labios y yo sigo tocándolo subiendo y bajando mi mano con lentitud. Lo siento respirar con dificultad. Aprieto un poquito en la punta sin dejar de mirarlo. Él cierra los ojos durante unos segundos. 

Le aparto la sábana y me incorporo. Paso mis piernas a través de su cuerpo. Lo miro mirándome con mucho deseo. Pongo mis manos en sus hombros para agarrarme mejor. Empiezo a mover mis caderas encima suya haciendo que su pene roce mis pliegues. Mario vuelve a apretar los dientes. Con una de mis manos se lo agarro y poco a poco lo voy introduciendo en mi interior muy lentamente, sintiendo como me llena por completo. No puedo evitar echar la cabeza hacia atrás de la sensación tan increíble de que esté dentro de mí. 

- Vale Maya, allí estaré - le dice Mario despidiéndose. Arroja su móvil encima de la mesita de noche y vuelve a concentrarse en mi. Me muevo lentamente apoyando mis manos en su cuello- eres una bruja

- ¿Yooo? ¿Y que he hecho? - le pregunto inocentemente

- No respetas ni a tu tía, Maria

Mario me acerca y presiona sus labios con los míos besándome profundamente. Me agarra de las caderas y siento como su pene va deslizándose dentro de mí. Las embestidas de  Mario son cada vez más profundas, más rápidas e impacientes. Sigo besándolo sin dejar de mover mis caderas, de subir arriba y abajo. Empiezo a sentir como todo mi cuerpo tiembla y como me tenso ahí abajo. Mario lo nota y me coje más de las caderas para recibir sus embestidas con más fuerza. Me encanta cuando me posee así. Me dejo llevar y me corro mordiéndome los labios para no gritar. Mario me da la vuelta y en un segundo estoy debajo de él sintiendo como me embiste cada vez más rápido mientras los últimos espasmos del orgasmo me abandonan. 

No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora