11. No me gusta que me ignoren

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📅 A la mañana siguiente

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📅 A la mañana siguiente

María entró aún con el pijama puesto, a la cocina de su casa pasadas las 12 del mediodía. Bostezaba y tenía bastante sueño. Había tenido una noche movidita. Se había dormido bastante tarde todavía con el recuerdo de lo que había hecho con Mario hacia solo unas horas.
Su madre estaba sentada en la mesa con su tías Maya y Naike, la mujer de Sergio Reguilon. Ellas la miraron riéndose pues alguna sospechaba que la mayor de sus sobrinos había tenido fiesta toda la noche. 

- ¡Buenos días María! -le dijo Naike llamando su atención

- Buenos días - respondió ella bostezando

- ¿Qué tal anoche? -le preguntó su madre mientras bebía café

- Bien supongo. Había una fiesta de la espuma -les dijo mientras se llenaba un tazón de cereales. Le echó leche y sentó al lado de su tía Naike

- ¡Mamá! ¿Y mis botas de Adidas? -gritó Lucas desde lo alto de la escalera

- En el armario de la entrada -le contestó su madre rodando sus ojos. Su hijo no era capaz de encontrar nada sin ella

- Ya las he buscado pero no están. Ayúdame, por favor

Claudia se levantó soltando un largo suspiro y salió de la cocina. Naike miró a María riéndose. Le puso uno de sus mechones detrás de su oreja. 

- Anoche te lo pasaste muy bien -le dijo Naike sonriendo

- Pss. Lo normal -contestó María sin dejar de comer

- Deberías taparte el chupetón del cuello cariño, o a tu padre le dará un ataque si te lo ve

María se llevó la mano al cuello horrorizada. Sus tías la miraron y se rieron.

- ¿Tengo un chupetón? ¿O te estas quedando conmigo? -le preguntó María muy preocupada

- Lo tienes cariño - le dijo Naike acariciando su pelo

- Oh, dios. Oh, dios

María se levantó de la mesa. Cogió su tazón de cereales con la cuchara y se fue en dirección a su habitación. Dejo el desayuno en el escritorio y corrió a mirarse en el espejo del baño. Allí en el cuello tenía un chupeton bastante grande. Maria gimió y se llevó las manos a la cara. Salió del baño y volvió a meterse en la cama con su desayuno. Puso la tele, pero no le prestaba atención. Sólo podía pensar en anoche. En Mario. Y en que tenía que darle la razón. Había sido el mejor polvo de su vida. Recordaba sus besos, sus manos en su cuerpo y sobre todo el sentirlo en su interior. Había sido increíble, total y absolutamente maravilloso. Y quería volver a repetirlo. Su enamoramiento por Mario ahora iba a peor. Le gustaba todavía más. Pero después de ver su cara cuando terminaron, no tenía muchas esperanzas de que esto volviera a suceder.

No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora