📅 Principios de Noviembre
María miró a la ginecóloga aterrada y con lágrimas en los ojos. Mario la agarro de la mano, y aunque él también temblaba, tenía que ser fuerte por los dos, ella lo necesitaba más que nunca. Habían ido al hospital para la última ecografía y en cuanto la doctora le puso el ecógrafo en la barriga, no les dió a ellos ni tiempo para pensar de lo que vió en la pantalla. Eran dos bebés y no quería correr riesgos innecesarios.
- María te voy a ingresar ya, ¿de acuerdo? -le dijo la ginecóloga muy cariñosa. Ella asintió llorando- lo siento mucho cariño pero lo de las vueltas en el cordón es un riesgo y tenemos que hacerte la cesárea ya
- De acuerdo -contestó Mario contestando por su mujer- ¿están bien?
- Tranquilo que lo están. Voy a prepararlo todo y si no pasa nada en un par de horas estaremos en quirófano. Si queréis avisar a alguien hacerlo ahora. Y María, tranquila, todo va a salir bien
- De acuerdo -contestó ella con un hilo de voz
La ginecóloga salió de la habitación. Mario cogió a su mujer y la abrazó. Ella dejó caer la cabeza en su pecho llorando desconsolada. Él la dejó que lo hiciera acariciando su pelo con suavidad. Estaba aterrado. Muerto de miedo pensando que le pasara algo a su mujer y a sus dos pequeños. No podía quitarse de la cabeza lo sucedido meses atrás con Clara y sentía que le faltaba la respiración de pensar que algo así les pasara a ellos también.
- Amor, tranquila. Todo va a salir bien María
- ¡Un mes! Sólo faltaba un mes...ay, Mario, estoy muerta de miedo -le dijo ella mirándolo a los ojos aterrada. El chico estaba sufriendo de verla así. Se le partía el corazón viendo como lloraba. Y además, era algo que él no podía controlar
- Estoy aquí contigo mi amor. Nuestros bebes van a nacer y todo va a ir bien
- Ay, Mario. Si ni siquiera tenemos aquí las cosas de los bebes. -María volvió a poner su cabeza en su pecho y la puerta se abrió entrando una enfermera
Mario se separó y lo hicieron salir de la habitación para preparar a su mujer para subirla a una habitación y de allí a quirófano. Aprovechó y llamó primero a Claudia para contárselo todo y después a Maya. Necesitaba que estuviera con él. Se llevó las manos a la cara para intentar calmarse. Estaba muerto de miedo. Por María y por los bebes. Respiró con fuerza y pausadamente para calmarse. La puerta de la consulta se abrió y María salió sentada en una silla de ruedas. Tenía los ojos llorosos y en cuanto lo vio lo miró muy afectada. Mario se acercó a ella y le dio un suave beso en la frente para después coger su mano.
- Todo saldrá bien mi amor -le dijo Mario apretando su mano- te lo prometo
- Más te vale Mario Hermoso -le dijo ella haciendo un adorable puchero con sus labios
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No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)
Lãng mạnMario hermoso está cansado de que las mujeres lo utilicen. En su vida hace mucho tiempo que no hay sitio para el amor. Después de un matrimonio fallido, juró que jamás volvería a casarse y mucho menos entregarle su corazón a nadie. Aunque a la única...