Leah Moore es la perfecta definición de libertad e independencia. Aunque muchos la acusen de egoísta por haber abandonado todo para encontrar su felicidad.
Nathan Rymer es descarado y seguro de si mismo como nadie lo ha sido. La música es su pasión...
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—¿Y si fracasamos? —No sería la primera vez que nos rechazan, ya nos han dicho que no tenemos ningún tipo de futuro en la música.
—Ellos se lo pierden. Son los mejores, nunca lo olvides. ¿Qué gracia hay en vivir en un mundo donde no podemos hacer lo que amamos? Si los rechazan seguiremos intentando. Tengo fe en esto, tengo fe en ustedes.
Alexandra es la mejor, parece venir con un manual motivacional. Siempre dice las palabras correctas. No podemos tener una mejor manager, aunque ayuda un poco que sea tía de uno de nosotros.
—Papá, no estés triste —Volteo mi rostro y me encuentro con lo más bello que la vida me pudo dar.
No entiendo como su madre pudo abandonar. Yo tampoco espere ser padre a los diecisiete años, pero nunca dude en cuidar a mi pequeña. Sin importar los altibajos, ella ha sido mi motivación todos estos años.
Le sonrió en respuesta y la veo perderse en busca de los cuatro maniquís que tiene por tíos. Vuelvo mi vista a Alexandra.
—Tienes razón, todo saldrá bien. Somos los mejores —asiente y sonríe.
Su teléfono empieza a sonar y su expresión me da a entender que es la llamada que hemos estado esperando. Con un gesto llamo a los chicos. Observamos intrigados a Ale quién decidió tomar algo de distancia. Pronto finaliza la llamada y viene hacia nosotros.