CAPÍTULO 35

2.1K 163 73
                                    

Leah

La tipa emana arrogancia. Destella malas vibras y desprende altivez.

No ha pasado nada de tiempo desde lo de mis abuelos, y ahora esta tipa ¿Es la hora de los muertos vivientes? ¿Ahora qué sigue?

Los chicos parecen en shock, todos excepto Nate, que aunque estaba sorprendido, dejó la expresión al sentir y ver el estado de su hija.

—Vete, solo vete —es lo único que le dice.

Aunque estoy curiosa por ver a la reacción de la mujer, estoy más preocupada por el estado de Des, por lo que sigo llamándola.

—Esa no es la forma de saludar al amor de tu vida, y mucho menos a la madre de tu hija.

—Vete antes de que olvide que diste a luz a mi hija.

—No la quiero —susurra Des llorando. Shane también está agachado a mi lado. Mi mirada se va a Cleo.

—¿Qué le hiciste? —le pregunto. Aunque Des estuviera asusta o impactada, no es motivo para que actúe de esta forma.

—¿Y tú quién eres? —me mira.

—Dijo que no era hija de papá —susurra casi en un hilo de voz, solo Shane y yo escuchamos, ambos nos miramos y maldecimos.

Sin tratar de ser tan brusca, le tomo una mano y la insto a soltar la pierna. Cuando me ve, ella se arroja a mí y me rodea el cuello. Presiono su cabecita sobre mi cuello y me levanto, cargándola.

—¿Por qué la cargas? Ya no es una niña —se queja Cleo. Casi quiero llorar cuando Des murmura continuamente que si es hija de su padre, y que lo ama. Sin preguntar, me la llevo de ahí. Ella no tiene que pasar por esto, no mi niña.

Nate

Veo a Leah llevarse a Des. Ella tiene razón, aunque no me lo dijo, lo pensó. Cleo tuvo que hacer o decirle algo para que Des actuara de esa forma.

—¿Por qué crees que tienes derecho de venir a mi casa y hacer llorar a mi hija?

—Con el derecho de que soy la madre de Anne, y puedo verla cuando quiera, y es nuestra, nuestra hija, Nate.

—¿Y decidiste venir a verla casi diez años después de su nacimiento? Fascinante. Vete y no vuelvas —le dice Shane, y sé que al igual que todos, está cabreado. Ella nos mira.

—¿Con qué derecho me hablas de esa forma? Yo hablo de mi hija cuando quiera —le dice a Shane con indignación— Ustedes siguen siendo los mismos idiotas que conocí.

—Esos idiotas tienen más derecho sobre Des, que tú misma. Así que cuidado con lo que dices, ya has hecho suficiente. Ve y has lo que has hecho todo este tiempo, desaparece, y no vuelvas nunca. Ella está mucho mejor sin alguien como tú en su vida.

—Las cosas están cambiando, y ahora quiero a mi hija —me mira con odio— Te la voy a quitar.

Una risa burlona y sarcástica se me escapa.

—Solo inténtalo. Mi hija ni siquiera tiene tu apellido, porque te negaste a dárselo, la abandonaste con apenas tres días de nacida, ¿Y ahora vienes y me amenazas? ¿Por qué decidiste cambiar las cosas? —suelto lo último con ironía— No sabía que el ser modelo también significa andar en drogas.

—No vas a ganar, la quiero conmigo, solo mírala, no sabes cómo cuidar a un niña, tú mismo me lo dijiste.

—Tenía dieciséis, estaba asustado, y me acababa de enterar que tendría una hija, claro que estaba asustado —Iam pone su mano en mi hombro cuando doy un paso involuntario— Pasaron casi diez años, aprendí, y amo a mi hija, no le vas a poner ni un dedo encima, ni tú ni nadie le va hacer daño mientras yo esté para impedirlo.

Inefable (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora