CAPÍTULO 30

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Nate

—¿Dónde está Lee? Tenemos que cantar cumpleaños feliz y no la encontramos —pregunta Cal pasando una mano por su cabello.

—Yo la vi, estaba junto al actor ese... ¿Cómo se llamaba...? ¡Darío! Sí, ese —el comentario de Carmen hace que me tense

—Él está justo ahí, no está con ella, Nate —dice Bray señalando el lugar donde este está junto a un par de personas más. Dejo mi vaso y me dispongo a buscarla con la mirada mientras pienso dónde podría estar.

—Oye, cuñado, ¿Y mi hermana? Imaginé que estaba desaparecida junto a ti, pero ya que te veo...

Llevo mis ojos a la chica que me llama cuñado, y supongo que es mi cuñada. Debo admitir que la belleza de las Martín es innegable, aunque yo me quedo con Leah, una y todas las veces necesarias. Lorena, la hermana mayor de Leah es, por lo que he visto en tan poco tiempo, una persona sin filtro y muy extrovertida. Me agrada y está de mi lado, ¿Qué más quisiera?

—Deja de ser tan confianzuda y descarada, Lore —le reprende su hermana menor, Lana. Ella parece el punto medio de las tres chicas. Se ve la más prudente y sensata.

—No tengo problema, pueden decirme como gusten, pero no sé si a su hermana le agrade la idea —sonrío— Y en cuanto a dónde está pues... No tengo idea.

—La estamos buscando, queremos comer pastel y ella se dio a la fuga —añade Cal.

—Yo creo que ella no quería estar aquí —comenta Carmen— si ese fuera el caso ella estuviera aquí. Yo jamás me apartaría.

Sus ojos café me siguen al hablar. No soy jefe de personal ni nada que se le parezca, sin embargo, debería enseñarle a esta chica lo que es espacio personal.

Mamá la contrató hace un par de meses y todavía sigue a prueba. He sido lo más educado posible y trato de que no tengamos malos entendidos y ella termine tergiversando las cosas, y con lo celosa que es Leah prefiero evitar problemas, porque aunque ella lo niegue a morir, yo sé lo celosa que es.

Además, ya tengo suficiente con Marcela tratando de contactarme de nuevo como para lidiar con otro dolor de cabeza.

—Ella ama la fiesta, señorita —dice Lana, sonando a la defensiva.

—Pues no parece...

—Nathan —Lore llama mi atención— la última vez que la vimos, ella se fue con tu hija. Carmen parece disgustada por la interrupción de la mayor de las Moore.

—¿Con Des? Yo le dije que se fuera a la cama, como a las ocho. Mañana tiene colegio.

—Bueno, tu pequeña se fue con mi hermana y ya no las vimos más.

—¿Dónde se metió semejante par? — dice Cal, sumándose.

—Voy a buscarlas arriba. Y, Lorena, puedes decirme Nate. Lo mismo para ti, Lana —digo hacia ellas.

—Y a mí Bray... O Brayner... Cómo quieran.

Miro a Bray con confusión y se demuestra cuando frunzo mi ceño hacia él. Cal lo mira igual de extrañado que yo. Bien, si, Bray no es la persona más sociable del mundo, pero es lo que las chicas catalogarían como "dulce" o no sé qué carajos. Pero verlo tan nervioso y hasta tartamudeando es algo que no presenciaba desde hacía mucho tiempo, la última vez que lo hizo fue cuando le gustó aquella chica, hace tanto.

A pesar de la fama de "chico tranquilo" que tiene, él hace de las suyas, y no es precisamente "tranquilo" y como lo repite constantemente, "yo también follo". Me parece raro que se ponga así... A menos que... ¿Le gusta una de ellas? Y si es así... ¿Cuál de las dos?

Inefable (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora