Capítulo 87

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"Malas noticias, arreglos secretos e ideas curiosas"

Era evidente que la frase «no puede ser peor» solo servía para, valga la redundancia de la situación, empeorarlo todo. 

Harry lo sabía, pero su suerte era más caprichosa que cualquier creencia popular o jugarreta común del destino, y por ello, ni siquiera estaba extrañado de que las cosas hubieran ido cada vez peor sin siquiera él tener que pensar en ello; más bien, ya se había preparado para aceptar que las cosas se tornarían de ese modo. 

Solo una semana había pasado, pero sentía que habían pasado meses... y hubiera deseado que fuera así, porque de esa forma, no faltaría tanto para acabar con todo.

Dolores Umbridge se volvió a Suma Inquisidora de Hogwarts de, muy literalmente, la noche a la mañana. Esto era malo, muy malo, porque le daba más derecho que cualquier profesor, solo estando por debajo del director... y ni siquiera era así en todos los ámbitos, porque ella era capaz de despedir a los profesores si lo consideraba prudente, algo por lo que Harry estaba temiendo cada vez más. 

Los gemelos Weasley le dijeron que ya habían tenido una clase supervisada por ella, y que no hacía mucho en realidad, más que sentarse en una esquina a mirar cómo el profesor en cuestión enseña y de vez en cuando, hacer preguntas a los estudiantes sobre las clases. 

Él no tuvo una clase supervisada hasta que le tocó tener clases con la profesora McGonagall, algo que en realidad, estaba deseando ver. Sabía que la jefa de Gryffindor no se dejaría ganar por la profesora Umbridge fácilmente, y vaya que tenía razón. 

La profesora McGonagall no tenía ningún problema en contestarle a su "colega", dejando en claro desde el inicio que no la iba a dejar actuar como ella quisiera en su salón, y si quería estar allí, debía mostrar respeto tal y como los estudiantes lo hacían. 

Theo le sonrió discretamente cada vez que la jefa de los leones le respondía con cierto descaro a la otra profesora, y Harry no se molestó en tratar de contener su propia sonrisa. 

Eso quizá fue de las pocas cosas buenas que ocurrió esa semana, porque después, él tuvo que volver a ser castigado por Umbridge, aunque al menos, esta vez admitía que fue su culpa. 

La profesora le había preguntado qué hacía practicando movimientos de varita si en su clase no usaban hechizos y solo estudiaban la teoría, y Harry solo atinó a responder que estaba practicando por si alguna vez se veía en la necesidad de usar el hechizo, claro, que aceptó no usarlo en clases porque, tal como ella dijo, solo estudiaban teoría. 

—¿Por qué necesitarías usar ese hechizo, querido? —le preguntó ella, haciendo que Harry tuviera que reprimir el impulso de rodar los ojos. 

—Sé que es descortés, profesora, pero, ¿puedo responder con otra pregunta más?

—¿Qué sucede, señor Potter? —inquirió ella. 

—Si no hay peligros fuera del colegio, ¿por qué existe una oficina de aurores en el Ministerio?

—Los aurores están entrenados para casos especiales, señor Potter, justamente para que niños como ustedes no necesiten preocuparse por eso. 

Asintiendo con la cabeza, Harry miró su varita para no ver el rostro de la bruja. 

—Entonces, admite que hay casos en los que la Defensa Contra las Artes Oscuras son necesarias.

Por supuesto, aquello fue tomado como excusa para volver a ser castigado, esta vez con la falacia de que él la había llamado mentirosa a ella... Y bien, sí la consideraba una, pero no era tan estúpido como para decirlo en voz alta... Aunque si de todas formas iba a ser castigado, estaba tentado a hacerlo.

Insecurity [Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora