Insecurity [Parte II]

Capítulo 91

"Un momento de risas no hacen daño a nadie"

Luego de salir de su último día de castigo junto a los gemelos, Harry soltó un suspiro y se estiró un poco, soltando una suave risa por las quejas de los hermanos Weasley acerca de todos los calderos que habían limpiado esa noche. A pesar de que ellos eran los que siempre hablaban de tener brazos fuertes para ser golpeadores, también eran los que más se quejaban acerca de que sentían que sus brazos iban a caerse luego de haber fregado (al modo muggle) tanta suciedad.

Él solo movió un poco sus brazos, balanceándolos de adelante hacia atrás, dando silenciosos choques de palmas a sus espaldas y luego al frente. No le dolían tanto, y el castigo no había sido una "tortura total" como solía quejarse Ron. Él encontraba que había sido bastante llevadero, aunque, claro, podría tener que ver con que él era un Slytherin y por tanto, no era tan duro. ¡Incluso les había dejado hablar mientras limpiaban! Harry creía que no se había reído tanto en un solo día mientras los gemelos se burlaban de la cara de Malfoy cuando Harry fue y le rompió la nariz de un solo golpe. Aún no estaba orgulloso de lo que había hecho, Merlín, no, estaba horrorizado por su reacción tan violenta (aún temblaba pensando que se estaba volviendo en alguien parecido a Dudley Dursley), pero cuando Fred lo imitaba de forma tan ridícula y dramatizada, era simplemente imposible no reírse, hasta Hermione se hubiera reído, estaba seguro... Bueno, ella no tenía derecho a decirle nada sobre golpear a Malfoy, de cualquier forma.

Aunque no podían saberlo: fieles a sus reglas, ni un solo Slytherin, ni siquiera Malfoy (o Parkinson en su defecto, ella solía ser bastante... comunicativa), comentó nada de la pelea que hubo dentro de su sala común. Nada parecido a lo que ocurría en otras casas, especialmente la de los leones: si había una pelea, en menos de dos horas todo el colegio ya sabía quién se había peleado con quién y porqué, además de conocer también mil y un detalles de dudosa certeza que generalmente hacían ver muy bien a un protagonista de la disputa, y al otro terriblemente mal.

Debía ser honesto: incluso luego de cuatro, yendo para el quinto año ya, que había formado parte de la casa de las serpientes, encontraba increíble la forma en la que respetaban sus propias reglas. Los Slytherin eran conocidos por no ser muy... adeptos, a las normas, eso era algo que no se le pasaba por alto. No era del tipo de chico que tuviera problemas en aceptar que su casa estaba lejos de ser perfecta, pero sí podía negar y defender a capa y espada que tampoco era tan mala como muchos la pintaban por los prejuicios que había hacia ellos. 

Pero eso no evitaba que los Slytherin siguieran comentando lo ocurrido, claro.

Todos parecían bastante sorprendidos de que su «príncipe» había sido capaz de golpear a Malfoy y Goyle de esa forma. Estaba consciente de que fue una demostración de pelea muggle, algo que seguramente muchos no estaban acostumbrados a ver, pues la gran mayoría de los Slytherin eran de sangre-pura, y pocos dentro de su cas eran los mestizos que fueron criados en el mundo muggle como él. De cualquier forma, ellos no habían protestado en su contra como hubiera pensado, sino que hasta se encontró con niños de primer año que habían tratado de recrear el movimiento que había hecho para golpear con el codo a Goyle en la mandíbula cuando este había tratado de agarrarlo por detrás.

Harry hubiera pensado que Malfoy iría a contarle a la profesora Umbridge de su altercado y se hubiera encargado de que ella lo expulsara por atreverse a golpearlo... Pero tampoco fue así. Se preguntó si tal vez encontraba humillante que un chico más pequeño que él (Harry no tenía muchos complejos sobre su altura, pero era imposible que no notara que todos los chicos de su curso, e incluso algunas chicas, eran más, bastante a veces, altos que él. También podía incluir a otros de cursos menores, agregó con cierta molestia), lo hubiera golpeado de tal forma; porque dudaba que fuera para no romper las reglas de su casa, varias lo veces lo había hecho ya en pos de molestarlo o tratar de dejarlo mal posicionado con los demás.