Capítulo 96

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"Terminan las fiestas, la hora de volver llegó"

Harry en verdad deseaba ir a hablar con Regulus acerca de lo que le dijo Sirius sobre Bellatrix Lestrange y además preguntarle sobre el tapiz de la familia Black que por algún motivo lo consideraba muerto; pero simplemente no era capaz de arruinar la alegría que había en el ambiente ahora que se acercaba la Navidad.

Sirius había decorado toda la mansión con coloridos adornos (algunos estaba seguro que fueron obra de los gemelos, porque hasta donde sabía, su padrino no colgaría adornos verdes y plateados por su propia voluntad), y también, junto con Remus, habían hecho una pequeña pista de hielo en el jardín para que los chicos puedan divertirse, y porqué no, los adultos también si querían. 

Harry había descubierto que le gustaba mucho patinar, le generaba una sensación parecida a la de volar, menos intensa claramente, pero igual le daba suficiente tranquilidad como para olvidar, por momentos, la inquietud constante que le aquejaba. 

Theo no era tan malo patinando, pero Ron y Hermione eran realmente terribles... Al menos eso les daba excusas para sujetarse de las manos, pues se apoyaban el uno al otro para no caer sobre el hielo. Era difícil saber si Ron tenía las orejas rojas por el frío o por la cercanía de Hermione, lo mismo con las mejillas de ella. 

Los gemelos por su parte le agarraron la mano muy rápido, al parecer ya habían patinado antes sobre el lago negro, y aunque George era un poco mejor que Fred, era divertido recibir clases de ellos. 

Él tampoco estaba seguro si sus mejillas se pusieron rojas por el viento frío o por otra cosa.

—¿Necesitas ayuda, Ron? —le preguntó Harry, arqueando una ceja cuando su compañero se quedó tirado en la nieve, luego de que Hermione haya entrado a la mansión—. Te vas a enfermar.

—No lo creo, seguro está tan caliente que derrite la nieve —bromeó Theo, soltando una risa burlona.

—Bueno, sí tiene la cara roja, pero igual no debería quedarse en la nieve —se quejó Harry—. Ayúdame a levantarlo.

Ron aceptó la ayuda para ponerse de pie sin quejarse, aunque la mayor parte de la fuerza la puso Theo, Harry sentía que si lo intentaba por su cuenta Ron sería capaz de tirarlo al suelo, después de todo, era mucho más alto y también más pesado.

Ni siquiera Harry pudo evitar reírse cuando Ron balbuceó algunas cosas sin sentido, y no reaccionó hasta que Fred le tiró una bola de nieve en la nuca, iniciando una guerra de bolas de nieve que, cuando Ginny, Bill y Charlie (que llegaron por las fiestas) se unieron a ellos, se convirtió en una guerra de leones contra serpientes.  

Cuando faltaba solo dos días para Navidad, Harry tuvo la enorme tentación de preguntarle a su padre si no había forma que usaran las lágrimas de Fawkes para curar al señor Weasley. Desde la primera vez que vio al fénix investigó sobre ellos, y descubrió que sus lágrimas tenían propiedades curativas, mismas que vio la noche en la que le curó la pierna que estaba herida luego del... del Torneo. 

Sin embargo, no tenía ni idea de cómo comunicarse con él, no podía usar la red flu, y tampoco podía enviarle una carta porque temía que alguien en el colegio (la profesora Umbridge) interceptara el mensaje. Tampoco estaba tan seguro de si era contra las reglas sugerir algo así, pero no quería ni siquiera arriesgarse. 

Por suerte, él parecía ya haber tomado manos en el asunto, pues al día siguiente, en nochebuena, le dijeron que el señor Weasley podría salir del hospital ya esa misma tarde, pues el profesor Snape había logrado dar con un antídoto para los sanadores.

Tal fue así que la llegada del señor Weasley fue muy bien recibida. Incluso tuvieron una pequeña pre-celebración a la Navidad, solo para alegrar aún más el ambiente de por sí ya festivo.

Insecurity [Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora