Insecurity [Parte II]

Capítulo 149

"La resolución de Hogwarts"

Harry pudo estar seguro que todo el mundo había sentido el golpe de magia cuando Voldemort lanzó el primer hechizo con la varita de Saúco, pero no tuvo el tiempo para preocuparse por eso, no en el momento en el que encontró cara a cara con él. 

Él supo la verdad, él descubrió más de lo que Tom Riddle sabía acerca de la varita que tenía entre manos, pero no tuvo permitido revelar tal secreto aún, así que, tuvo que fingir.

Esquivó hechizos aún a costa de su resistencia precaria, algunos hechizos no le dieron más opción que recibirlos, aunque, claro, ninguno que fuera letal. 

Tuvo que actuar como si los hechizos fueran complicados de desviar, como si aquello le generara un verdadero estrés... 

Pero lo cierto es que no le causaban ni siquiera cosquillas.

Aún concentrado en lo suyo, fue capaz de escuchar el griterío, dando a entender que la batalla también había comenzado para sus amigos y familia. 

Había esperado que, tal vez, si distraía lo suficiente a Voldemort, no tendría tiempo de llamar a sus mortífagos, pero se había equivocado... Sin embargo, estuvieron listos, porque a diferencia de Voldemort, él nunca se dio por omnipotente; él consideró los fallos, los creía una posibilidad enorme, y se preparaba para ello.

Ellos estaban listos para eso, lo estuvieron desde mucho antes que él. 

Harry esquivó otro hechizo, pero terminó cayendo al suelo por culpa del desperfecto del terreno, y apenas tuvo un segundo para esquivar la maldición asesina que le fue dirigida. 

«No importa que no me haga daño, no puedo arriesgarme a que se de cuenta». Se repitió, una y otra vez en su mente. 

Tom Riddle, Voldemort, rió. 

Lanzó una risa tan escalofriante, porque no fue más que una mera imitación de la alegría humana, una mentira pobre y descarada.

Un vano intento de humanidad que él había dejado atrás hacía mucho tiempo atrás... O que él creyó que había logrado abandonar.

—Ríndete, Harry Potter... Y detendré a mis mortífagos —dijo—. Dejaré libres de batalla a tus amigos. 

Y por un segundo, Harry se quedó quieto.

Levantó la vista hacia la sonrisa torcida del Lord. Se quedó a medio levantar, a solo un movimiento de volverse a poner de rodillas frente a Voldemort, de cumplir con lo que él pedía a cambio de la libertad de sus seres más queridos. 

Tampoco es que fuera imposible, ¿no es verdad? Si tan solo se entregaba, aquello sería mucho más rápido. Quizá podría morir... Pero, ¿realmente era tan malo aquello? 

Ya lo había intentado antes... ¿Qué sería una vez más...?

Vaciló, pero tan pronto como se dio cuenta de que Voldemort alzó la varita de nuevo, su sentido de la autopreservación lo obligó a moverse, contrarrestando con un hechizo propio, pero solo con la fuerza suficiente para desviar el hechizo y darle tiempo de ponerse de pie.

«Confía en ellos», se regañó. 

Una doble pulsación golpeó por encima de su pecho, y su mano vagó hacia el collar que nunca se quitaba de poder evitarlo. Sintió el latido del corazón de sus parejas, y con ello, su voluntad pareció volver a recobrar el sentido.

No podía simplemente abandonar su parte del plan de esa forma, no cuando ellos estaban luchando, ¿no?

Sonrió a pesar de sí mismo. Parecía que siempre debía ser salvado por ellos.