Insecurity [Parte II]

Capítulo 145

"Sueño"

Fred golpeó la puerta de la habitación en la que su pareja estaba encerrado desde hacía ya un buen rato, y como se acercaba la hora de almorzar, pensó en ir a buscarlo. 

Frunció el ceño al no recibir respuesta, y abrió lentamente la puerta, a sabiendas de que corría el riesgo de ser hechizado por su paranoico (no injustificadamente) novio. 

—Hey, Harry... Me preguntaba si...

—Shhh.

Fred se quedó quieto en su lugar cuando escuchó a Harry chistarle, algo que no era para nada normal en él. 

Sin embargo, entendió la razón en cuanto vio que estaba delante de un caldero... varios, en realidad. 

Vio como el chico de cabellos negros se movía de un lugar a otro, pasando por distintas mesas mientras movía su varita sobre los calderos, que iban lanzando un vapor del mismo color, con apenas segundos de diferencia mientras iban cambiando de color. Solo uno era completamente distinto al resto, pero de ese podía intuir que se trataba de la poción matalobos para Remus. 

Se quedó parado ahí unos minutos, hasta que, finalmente, Harry le hizo un gesto con la mano para que se acercara, lo cual hizo en silencio, solo para no recibir un regaño.

La sorpresa en su rostro debió ser evidente al notar que, en todos los calderos, había una misma poción, poción de un un aspecto que parecía ser oro fundido, brillante. 

Felix Felicis.

—Disculpa por eso, Fred, pero estaba en la parte final de la poción y no podía distraerme, si erraba terminaría tirando seis meses de trabajo —le dijo, girándose por fin a verlo.

—No te preocupes... No tenía ni idea de que estabas preparando Felix Felicis. 

—Nadie lo sabe... Bueno, probablemente mis padres, pero la verdad no creo poder esconderle nada a ellos —dijo, poniendo los ojos en blanco.

—Te ves exhausto —dijo Fred, preocupado.

—No dormí nada para asegurarme de que las pociones estaban yendo bien... El último día de preparación de crucial para que no sea un desastre... Aún debo probar un poco para asegurarme de que está bien hecha —bostezó, frotándose uno de sus ojos con cuidado, aunque hizo una mueca y se sacó de forma brusca el guante que traía puesto y ahora sí pudo apartar las lágrimas producto del bostezo.

—Deberías ir a comer y luego dormir un poco. 

—Sí, iré luego de embotellar todo esto... No quiero que algo las estropee...

—Harry, no hay nada en esta habitación que pueda arruinar las pociones.

—No me arriesgaré —repuso, frunciendo la nariz—. También tengo que entregarle la poción a Remus, falta poco para la luna llena... Esta debería permitirle sanar más rápido...

—Mira, yo embotello estas, y tú las de ahí —le dijo Fred, tomando a Harry de los hombros para girarlo hacia una de las mesas—. Que si llega George del trabajo y nos encuentra solos en esta habitación oscura va a pensar que me estoy adelantando.

Harry se rió torpemente, haciendo que Fred sonría.

—Debería preocuparte más que mi padre o que Sirius nos encuentre, no George. 

Fred fingió estremecerse, o quizá lo hizo en serio, no sabía. 

De cualquier forma, Harry se negó a que Fred tocara las pociones y solo le dejó guardar la poción para Remus, mientras que él mismo se encargaba de embotellar en pequeños frascos iguales la poción dorada, donde Fred descubrió que parecía estar preparada para una gran cantidad de personas.