Capítulo 132

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"La deuda de honor"

Cuando Harry despertó, lo primero que sintió fue que tenía algo blando detrás de la cabeza, pero tardó varios segundos en comprender que se trataba de una almohada. 

Se quedó quieto, con los ojos cerrados, esperando saber si había algún tipo de dolor, pero cuando ni siquiera su cabeza protestó, se sentó con cuidado en lo que ahora suponía, era una camilla de la enfermería. 

Cuando abrió los ojos, el pánico golpeó su cuerpo de inmediato al encontrarse en la oscuridad, al punto que su respiración comenzó a agitarse, empeorando la situación porque juraba que todo se estaba tornando más negro. 

No podía estar en una cela de nuevo, ¿verdad? Él no quería volver a ese lugar oscuro, no quería estar encerrado de nuevo... No podía ser, no quería, no era justo, no...

Cuando algo se apretó alrededor de su mano, Harry bajo la mirada rápidamente, encontrándose con algo blanco, y luego, unos ojos amarillos.

Zar —siseó, dejando escapar el aire acumulado en sus pulmones—. ¿Qué pasó?

Te desmayaste —dijo, y Harry torció los labios al recordar un poco de ello, o al menos recordaba cuando de repente todo se oscureció.

Aún me perturba la cantidad de términos que aprendiste —no se contuvo de decir. 

Sin embargo, el basilisco solo siseó algo que Harry no comprendió, solo porque no sabría darle una traducción acertada al inglés.

¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? —preguntó, repentinamente nervioso—. ¿No habrán jugado ya la final, verdad?

No —le dijo Zar, y Harry suspiró, aliviado—. En horas, han pasado unas seis, aún no amanece. 

¿Cómo llegué aquí? 

Tu padre te trajo.

«Genial», pensó Harry mientras suspiraba, dejándose caer de nuevo en la camilla. 

Zar le explicaba algo de que él lo había ido a buscar apenas Harry cayó al suelo, y que era una suerte que la sala de DCAO no estuviera tan lejos del séptimo piso como lo estaba la sala de Pociones, aunque Harry no se explicaba muy bien cómo es que había tenido tanta suerte de que nadie más se lo topara allí, pues lo último que necesitaba era que se corriera el rumor de que se había desmayado en pleno pasillo. 

Entonces, recordó todo lo que pasó. 

Se estremeció de pies a cabeza de nuevo, recordando la batalla que tuvo con Malfoy en la Sala de Menesteres, y también la única maldición que había logrado acertarle. 

Odio la maldición cruciatus —siseó con obvio desagrado, negando con la cabeza. 

«Pero también me demostró que necesito mejorar como duelista... Si hubiera sido otra maldición...»

Negó con la cabeza, tratando de relajarse. Luego le pediría a su papá que volviera a entrenarlo, y quizá podría entrenar también con su padre en vacaciones, los dos tenían estilos de duelo distintos, así que podría aprender lo mejor de cada uno...

Bostezó, notando que Zar se había dormido de nuevo. 

La siguiente vez que abrió los ojos, fue porque alguien estaba hablando cerca suyo... varias personas, en realidad. 

—¿Podrá jugar?

—¿Quién va a tomar su lugar si no puede? 

—¿Bromeas? ¿Jugar la final sin Harry? ¡Primero le entrego yo mismo la copa a Weasley!

Insecurity [Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora