Capítulo 104

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"Persuasión o chantaje, secreto a viva voz"

Harry no podía sino sonreír hacia sus amigos cuando le mostraban, orgullosos de sí mismos, como lograban invocar sus patronus en las reuniones del ED.

Habían tardado alrededor de siete reuniones en total, lo cual para él era increíble, ¡eran muy rápidos! 

—¡Lo hiciste, Neville! 

Se rió cuando su compañero lo abrazó, y aunque un frío le recorrió todo el cuerpo, no se alteró por la muestra de cariño, estaba demasiado contento por su amigo como para importarle eso ahora. 

Neville volvió a invocar el feroz león que recorrió la sala, consiguiendo halagos de todos que hasta se le puso colorado el rostro, pero Harry pensaba que se los merecía todos y cada uno de ellos. Si alguien tenía dudas de que Neville era un Gryffindor, ahí tenían una prueba más de que el sombrero no se había equivocado con su elección.

Caminó encantado por la sala, encontrando increíblemente reconfortante ver todos los patronus que ya volaban por la sala, recorriendo el aire creando una finísima lluvia de escarcha que resultaba preciosa a su vista. A veces detestaba que los aparatos muggles no pudieran funcionar en Hogwarts, le hubiera encantado poder sacar una foto de aquel encuentro.

No solo Neville lo había logrado. Hermione tenía una nutria, Ron tenía un Jack Russell Terrier, Theo tenía un lobo, Susan había logrado invocar un águila (Harry pensaba que, de alguna forma, ese patronus le iba perfecto a la Hufflepuff), Ginny tenía un caballo, Luna tenía una liebre. Los gemelos, como ya le habían mostrado antes, tenían una urracas. 

Otros compañeros que habían logrado invocar sus patronus fueron Seamus, aunque no estaba plenamente formado, estaba cerca de ser uno corpóreo, al igual que Dean. Cho logró un cisne, Cedric un tejón (algo un poco irónico pero adecuado), y estaba casi seguro de que Ernie estuvo a punto de crear uno también. 

En esa ocasión, no estaban los cuarenta miembros del ED, pero estaban un poco más de diez alumnos porque Hermione, Ron y Theo lo estaban ayudando a controlar a otros estudiantes que aún no lograban invocar su patronus. 

Todo iba relativamente normal, hasta que la puerta se abrió y, antes de poder darse cuenta de la razón, algo chocó contra Harry, asustándolo hasta que logró ver de qué, o quién se trataba.

—¡Hola, Dobby! —exclamó Harry, sorprendido—. ¿Qué haces? ¿Qué pasa?

El elfo lo miraba con ojos desorbitados; estaba temblando de miedo. Los miembros del ED que estaban más cerca de Harry se habían quedado mudos y todos contemplaban a Dobby, seguramente con la misma curiosidad que él sentía por saber porqué el elfo se había aparecido de esa forma. 

—Harry Potter, señor... —chilló el elfo, que temblaba de pies a cabeza—. Harry Potter, señor... Dobby ha venido a avisarlo.., pero a los elfos domésticos les han advertido que no digan...

Se lanzó de cabeza contra la pared. Harry, que conocía bien la costumbre de Dobby de autocastigarse, intentó sujetarlo. Hermione y algunas chicas soltaron gritos de miedo y pena.

—¿Qué ha pasado, Dobby? —le preguntó Harry mientras lo agarraba por el delgado brazo y lo apartaba de cualquier cosa con la que pudiera intentar hacerse daño, soltándolo poco a poco cuando estaba seguro de que no se haría daño.

—Harry Potter, ella..., ella...

Dobby se golpeó fuertemente la nariz con el puño que tenía libre y Harry se lo sujetó de nuevo.

—¿Quién es «ella», Dobby?

Aunque, solo unos segundos después, Harry creía que sabía de quién se trataba; solo había una persona que pudiera inspirarle tanto temor a Dobby. El elfo levantó la cabeza, lo miró poniéndose un poco bizco y movió los labios, pero sin articular ningún sonido.

Insecurity [Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora