Rojo Pasión [#1] ✓

Capítulo 2

"El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar"

~Sun Tu

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Khloe

Ah, el sol mañanero de Washington se siente tan bien. Había extrañado el país en donde crecí, sobretodo el idioma, tres años hablando italiano me había frustrado al punto de que si no escuchaba una palabra en inglés terminaría matándome. Lo cuál es raro, dado que era una persona que negó gran parte de su vida hablar otro idioma que no sea ruso, pero… Las cosas cambian y odio el italiano.

No es que tenga algo en contra de dicho país europeo, uno bastante bonito si me lo preguntan. El problema con el idioma es gracias a personas que me han hecho aborrecerlo debido a los malos recuerdos que trae. Si por mi fuera, no volvería a escucharlo nunca.

La razón por la que viví en Italia por ese tiempo fue por trabajo, nada más y nada menos que para los reyes de Sicilia. Gente poderosa que tiene comiendo a medio país en la palma de su mano, personas con las que no deberías meterte nunca, lo digo por experiencia.

Siendo adolescente no debí meterme con un grupo de mafiosos, pero no es como que ser cuidadosa respecto a ese tipo de cosas sea lo mío. Para ser una chica con un nivel intelectual bastante alto, llegué a ser un tanto estúpida. No es como si me arrepienta, pero pude haberlo hecho mejor.

¿Qué puedo decir? Los peligros a estar por esos caminos torcidos me llenaban de adrenalina, además de que siempre podía conseguir placer en ciertas cosas. Eran buenos incentivos para entrar más en ese mundo. ¡Ah! Y casi lo olvido, te dan una buena paga por hacer algunos trabajos, una mucha más grande de lo que pude haber ganado como asesina a sueldo en Los Ángeles.

Puede que al principio me haya abrumado, pero tuve que aprender con el tiempo que la debilidad no sirve en ese mundo. Perdí un poco de mi humanidad gracias a eso, y tal vez la cabeza también. Ahora soy todo menos alguien bueno. Creo que nunca me gustó serlo realmente, es más divertido de vez en cuando al convertirte en la villana de la historia.

Bajo las escaleras del avión con mi pequeño equipaje, no traje mucho, lo que había obtenido en Italia no lo quería y no lo necesitaba.

Camino por la pista, manteniéndome alerta. Me buscan, desde hace años lo hacen porque saqué a la luz cosas que para algunos no le convenía que se supieran, además de que destruí la imagen de gente que se lo merecía. No me arrepiento. Nadie se salva en esta vida, ni siquiera los que estaban en la punta de la pirámide.

Ha sido divertido jugar al policía y ladrón todo este tiempo, dicen ser los mejores atrapando a gente peligrosa, pero yo me he burlado de ellos. No importa cuánto busquen, siempre, siempre estaré a un paso delante de todos.

Estoy pensando seriamente en largarme pronto de aquí también, fuerzas especiales ya me tiene agotada y quiero irme a Rusia para recordar mis raíces. No me gusta olvidar de dónde vengo y aunque me siento bien aquí, ya es hora de quedarme en un solo sitio. Mi cuerpo se relaja al pensarlo. Yo, de vuelta en mi país natal, visitar a los sitios que siempre quise ir desde que era niña.

Hasta una persona como yo tiene sueños que cumplir.

Toda la relajación en la que mi cuerpo estaba sumido se fue al traste en cuanto vi a dos guardias en las puertas.

No eran guardias cualquieras.

Pude identificar una castaña como Amelia Johnson y al moreno que se encontraba a su lado como Zack Ryder. Sargentos de fuerzas especiales.