“La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno”
~Walter Scott
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Blake
—¿Qué pasa… Contigo?
Dejó de juguetear con el anillo entre mis dedos para levantar la mirada hasta su rostro. Su expresión, extrañamente suave y curiosa, me saca una media sonrisa antes de volver a bajar la cabeza.
No se le escapa nada.
—¿Crees que pasa algo?
—Si…—duda y frunce el ceño—. No sé, has estado… Extraño.
La esquina de mi labio se dobla hacía abajo, no la miro a la cara porque sé que apenas lo haga notará que algo no va bien y es lo que menos necesito. La quiero tranquila. Libre de preocupaciones. Y en vez de responderle, levanto el anillo, su anillo, y lo muestro.
—Creo que esto es tuyo.
Sus ojos se abren, sorprendidos. Entre abre los labios cuando tomo su mano con cuidado y lo dejo en su palma antes de cerrarla en un puño.
—Pensé… Pensé que lo había perdido—se lo acerca al rostro para verlo mejor. La joya está intacta, como si los años y los días no hubieran pasado. Su labio tiembla y los ojos le brillan—. Mauro… Él lo tomó y después…
Mi sonrisa desaparece y hago lo posible para que el desagrado no se me note en el rostro al escuchar su nombre.
—Lo tuvo, lo perdió. Eres su única dueña y ahora volvió a ti.
Clava sus ojos, bonitos, curiosos y suaves, en mi. De nuevo. Al parecer, no cuidé en calmar tono molesto.
—Marcello fue la última persona que vi con este anillo…—se toma un momento para respirar—. ¿Cómo…?
Suspiro.
—Estuvo aquí. Me lo dio.
Eso la confunde más y parpadea lentamente
—Bien… ¿Por qué Marcello vendría a este lugar?... Dudo que solamente fuera para esto—se sentó en la cama mirándome con sospecha y bajó su mascarilla para hablar —. Dime la verdad.
—Quería hablar conmigo. No preguntes más—me limito a responder para después reprenderla—. Y no te quites la mascarilla, por amor a Dios.
Entrecierra los ojos, pero hace lo que le digo. Aún tiene dificultades para respirar y debe usarla por un tiempo hasta que pueda hacerlo por si misma. La mayoría de las veces hace pausas para tomar profundas bocanadas de aire cada vez que habla y en su rostro se nota lo mucho que eso la irrita. Pero no hay nada que podamos hacer, más que esperar como va mejorando con el paso de los días y si vuelve a descuidarse, dudo que sea rápido.
Mi muñeca sigue siendo una cosita descuidada.
—¿Qué es lo que… No me estás diciendo?—dice ladeando la cabeza y, lejos de lo que esperaba, su voz sueña extrañamente pacífica.
—No tienes que preocuparte por nada—modero el tono y cuido mi expresión intentando no parecer que escondo algo.
Me observa insegura durante unos segundos y corta el contacto visual cuando baja la cabeza mientras juguetea con sus dedos. Exactamente, con el que lleva su anillo. De vez en cuando me lanza miradas de reojo que se me hacen tímidas a la vez que extrañas.
Todo esto es raro.
—Yo… Quería preguntarte—carraspea nerviosa —. ¿Qué tal está tu espalda?
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Rojo Pasión [#1] ✓
RomancePasión: Sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira intensos. Sentimiento de amor vehemente, especialmente manifestado en el deseo sexual. PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA ROJO 1. Ro...