Capítulo 47

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"Solamente hay un derecho humano básico: El derecho de hacer lo que a uno le plazca. Y con el viene el único deber humano: Cargar con las consecuencias"

~Nietzsche

*****

Horas antes...

Blake

—¿Se puede saber en qué parte te decían que debes hacer esto? —gimió Phillip sacando una caja del estante lleno de archivos—. No me pagan lo suficiente para revisar papeles viejos.

El estornudo de William, que limpiaba un estante vacío, vino después de eso.

—Recuérdenme porqué Sanders nos ordenó revisar este lugar—dijo con los ojos llorosos y la nariz roja.

—¿Será porque perdieron una apuesta contra ella? —ironizo.

—Perdimos—corrige William—. No olvides que tú también apostaste contra los Kansas City.

—Sabes perfectamente que no sigo el deporte y si me jugué trecientos fue para no dejarte solo—me defiendo—. Te escuchabas muy seguro cuando dijiste que los Broncos ganarían esta vez.

—No debiste esperar mucho sabiendo que no han tenido una buena temporada.

—Soy un hombre de fe—dijo mirándonos al capitán y a mí—. Llevo toda mi vida esperando que mi país clasifique para el mundial de fútbol, que hubiera esperado que los broncos ganen este año no es nada.

Phillip se rio, sabiendo todas las veces que lo hemos visto molesto cada vez que derrotan a su selección en las clasificatorias a dicho evento, pero su risa se ve interrumpida por otro estornudo de William.

—¿Has tomado tus vitaminas? —se burló del sargento.

—No, pero buscaré mis pastillas al salir de aquí—gruñó sacudiendo el polvo de las cajas.

—Solo a ti se te ocurre venir sabiendo que sufres de alergias —señalé—. Me extraña que no las tengas encima.

—Descuido mío—hace un gesto indiferente—. No puedo salir sin ellas porque me muero. Estoy peor que un pollito de colores.

El capitán se rio entre dientes y puse los ojos en blanco mientras bajaba más cajas de los estantes con archivos viejos, amarillentos y llenos de polvo. El sitio parecía que tenía bastante tiempo sin llevar una revisada, incluso estaba bajo llave sin saber cuántos años y lo que había dentro no eran más que papeles que parecían no ser de utilidad.

—¿Tienes noticias de lo que ocurrió el mes pasado? —indagó el capitán a mi lado revisando las carpetas con el ceño fruncido.

Solté un bufido.

—Prefiero no hablar sobre eso.

—¿Por qué?

—¿Por qué? Me dijeron que hubo un posible fallo en la turbina—murmuré rememorando lo que me dijeron apenas acabaron con la investigación por el accidente—. Por primera vez pongo en duda lo que dicen.

—No puedes objetar algo que dicen los expertos.

—Ese avión llevaba activo apenas tres años y no presentaba ningún problema—me sobresalto—. Estaba en perfectas condiciones para volar cuando le hicieron las pruebas y hasta donde yo sé, cuando una turbina falla, no explota de la manera en como lo hizo ese día. No soy idiota.

—Explícate.

—Llámame loco, paranoico, como quieras. Pero puedo jurar que se están yendo por donde no es, debe haber algo más que una simple falla.

Rojo Pasión [#1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora