Capítulo 51

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"Intentar ocultar las emociones más profundas que se llevan en el alma, es imposible... Nos delatan las miradas"

~Iván Sotelo

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Khloe

Todo está oscuro. 

Muy oscuro.

No estoy consciente de lo que sucede a mi alrededor. Realmente no sé lo que está pasando, ni siquiera estoy segura de cuál es mi nombre o que soy.  

Extraño ¿No?

Podría decir que esto se siente como estar en el mar, debajo de aguas mermadas que me llevan de un lado a otro como si fuera parte de ella. Soy de ella. Estoy en lo más profundo. Oscuro y frio. Pero estoy bien. No siento nada.

Es cómodo.

Hasta que poco a poco esto va desapareciendo, algo que me impulsa hacia arriba, y me saca del trance. Mis sentidos se van despertando con una extrema lentitud, algo comparado con pesadez y me debato entre quedarme en el trance o salir a la superficie, porque me siento lo bastante tranquila para abrir los ojos.

Igualmente hago lo segundo. 

Soy consciente de lo que ocurre a mi alrededor, empiezo a escuchar por la lejanía zumbidos de máquinas y la voz de un hombre que habla sobre economía. La temperatura es baja, lo que hace que sienta frio desde la cintura para arriba. Mi cuerpo está por encima de una superficie suave y blanda, pero siento la necesidad de moverme. No estoy cómoda. Mucho menos con lo que tengo en mi nariz y manos.

¿Dónde demonios estoy?

Mis parpados se van levantando con pereza, la luz me ciega por segundos e intento pestañear al menos unas tres veces antes de poder enfocar los ojos en mi entorno. 

Bien, lo primero que noto es que estoy en una cama de hospital. Lo segundo, es que tengo cables por todos lados, incluido una sonda en mi nariz y una intravenosa en mi mano que no tengo ganas de ver por el bien de mis nervios. Y... Oh, demonios. Me siento como una mierda.

Literalmente.

No recuerdo exactamente porque estoy aquí, lo que si sé, es que debió ser bastante grave. Dado como estoy. Me siento débil y con un ligero dolor de cabeza. Pensándolo bien, estoy cómoda así, no quiero levantarme de esta cama en los próximos diez meses.

La Bella Durmiente despertó—dice alguien.

Parpadeo, reaccionando a la voz conocida y cuya presencia no había notado hasta ahora. Está sentado cerca de la ventada, en una silla que no parece ser nada cómoda. Igual no me importa. Si por mi fuera, Aarón puede sentarse ahí hasta que se le desaparezca el culo. 

—¿Qué hago aquí? —la voz me sale ronca.

—¿No lo recuerdas? —me mira interrogante.

Callo por segundos, trayendo a mi memoria lo último que recordaba. No algo agradable, cabe decir. Recuerdo haber intentado escapar en la madrugada y después ser atrapada por Blake, quien me amenazó con matarme la próxima vez que lo hiciera. Un nudo se crea en mi garganta por eso, pero sigo escarbando hasta encontrar lo más reciente. 

Hablamos, discutimos, medio lo arreglamos, nos juramos lealtad. Hablamos de nuevo mientras él me daba un sándwich de pavo porque tenía hambre, tuvimos una pequeña discusión y volvimos a arreglarlo. Después de eso...

Oh, ya lo recuerdo.

—Me desmayé —murmuré frunciendo el ceño.

—Exacto—apremia Aarón apoyando los brazos en sus rodillas—. Tuviste una intoxicación por cianuro mientras comías y tuvieron que internarte inmediatamente de emergencia.

Rojo Pasión [#1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora