Capítulo 70

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"Cansado, cansado con nada, cansado con todo, cansado con el peso del mundo que nunca elegí soportar"

~Scott Fitzgerald

*****

Blake

No sé cuanto tiempo la sostengo, acariciándole el cabello, besando su cabeza, acercándola más a mi si es posible. Ignorando las oleadas de dolor que llegan con cada movimiento que hago. Cuido su sueño como un ángel guardián, cada tres segundos verifico su respiración, el latir de su corazón o algo que me indique si está viva, si aún no me la han quitado todavía.

Quiero tener la seguridad de que no se desvanecerá en mis brazos.

No habla, no llora, no grita, ni se mueve. Es alguien cuyo cuerpo está presente, pero no su mente, que parece haberla abandonado hace mucho tiempo. Ya no canta siquiera. Parece haberse dado por vencido y trato de no seguir el mismo camino. Ya estoy cansado de toda ésta mierda, estoy malditamente harto de esperar y seguir viendo como Khloe sufre y no poder hacer nada más que limitarme a mirar, porque soy lo suficientemente inútil como para quedarme en el mismo sitio esperando una ayuda que al parecer nunca llegará.

La volvieron nada. Le hicieron daño. ¿Y dónde están los que juraban que la protegerían con garras y dientes, incluyéndome?

¿Dónde mierda está Sasha?

Sangró, lloró y de retorció de dolor ¿Y dónde está el? ¿El que se hace llamar todopoderoso y sangre de su sangre?

¿Yo que hice?

Quedarme quieto y sin saber que hacer, dejando que eso pasara cuando pude haberlo evitado, todo esto pudo haberse evitado. Lo que le hicieron a ella y a los demás.

He visto demasiado, he tenido demasiado y no creo poder soportar una sola lágrima más de ella. Fui preparado para sobrevivir a este tipo de situaciones pero nunca se está lo bastante entrenado para ver sufrir a la persona que amas. Definitivamente no.

La puerta se abre, lento y suave. Hay un esfuerzo ahí para que no escuche, para que no se produzca ese horrible sonido que solo nos trae malos momentos.

No volteo, no me veo en la necesidad de hacerlo cuando ya sé quien es y solo observo con atención el cuerpo durmiente de mi muñeca.

—Más te vale que tengas buenas noticias porque no estoy dispuesto a pasar aquí ni un minuto más—hablo en voz baja, mostrándome tan molesto e impaciente como debo estarlo.

Acuno la mejilla de Khloe, con delicadeza en cada toque temiendo dañarla, que en el más mínimo roce brusco se rompa como el cristal al caer en el suelo. Está tan fría como un tempano de hielo y lo más que puedo hacer es brindarle calor corporal, el ser privados de nuestra ropa hace esto más difícil.

—Sabes que no es fácil—iguala el tono—. Éstas cosas no se logran de la noche a la mañana.

—Han pasado cinco meses—recalco y me esfuerzo por no gritar, porque juro, juro que paciencia es lo que no tengo desde hace semanas—. El rescate duró menos tiempo. Horas. No meses.

—Lo sé pero ¿Qué quieres que haga? —se ofusca y se adentra más en la habitación —. Yo no doy las órdenes, no estoy allí. Solo soy un mensajero y te digo que deben durar un poco más.

—¿Un poco más?—me río incrédulo y por fin lo encaro levantando la mirada—. Apenas y estamos vivos. Y me pides aguantar...

—Sé que son lo bastante fuertes para hacerlo—se apresura ha decir y ve a la mujer dormida—. Ella lo es.

Rojo Pasión [#1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora