Rojo Pasión [#1] ✓

Capítulo 69

"Fue raro, no pude llorar, pero mi alma estaba hecha pedazos"

~Fiódor Dostoiévski

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Khloe

—Wise men say... Only fools rush in... But I can't help falling in love with you.

Dejo escapar un suspiro entrecortado y sigo cantando en voz baja.

—Shall I stay? Would it ve a sin... If I can't help falling in love with you?

Cierro los ojos recordando las noches con Blake dentro de mi habitación, aquella que se volvió nuestro lugar seguro. En la que podíamos ser nosotros mismos, en la que no corríamos ningún riesgo de ser descubiertos y simplemente nos dejábamos llevar.

Extraño esos días.

En este momento cantar una simple canción se ha vuelto mi lugar seguro, mi viaje de vuelta a donde fui lo suficiente feliz antes de que toda la mierda bajara como una avalancha sobre nosotros.

Y ahora, todo se ha vuelto una pesadilla que parece nunca acabar. Las cosas solo han empeorado. Han vuelto de mi sufrimiento un puto show, he perdido todo hasta el orgullo y aunque la humillación todavía estaba presente, valió la pena hacerlo. Porque dejé mi orgullo, tal vez hasta mi dignidad por la vida de Blake ¿Estuvo mal? Cada quién tiene su forma de verlo, para mi se sintió bien y me dio algo de alivio. De no ser por lo que hice, no estuviera sintiendo los brazos del sargento a mi alrededor, aunque esté encadenada al igual que él, puedo sentirlo.

Está aquí. Conmigo. Vivo.

Al principio no quería tocarlo. Verlo colgado como un pedazo de carne me sentó como una patada en el estómago, lo vi lleno de moretones, con el rostro hinchado por los golpes. La costillas marcándose eran un claro ejemplo de la mala alimentación, en su pecho varias marcas de quemaduras y cortes me daban la bienvenida y su espalda... Cuando la vi casi me desmayo. Habían heridas sobre heridas, sangre por todos lados. En donde una había comenzado a cicatrizar, estaba otra abierta. Era como la representación de Jesús después de recibir los latigazos y no podía verlo sin echarme a llorar con la culpa carcomiéndome.

Me negaba a tocarlo por el miedo de hacer un movimiento y que sienta dolor. A pesar de mis negativas, mi chico fuerte olvidó todo sufrimiento que su cuerpo estuviera pasando y lo mandó a la mierda sólo para sostenerme cuando yo estuve a punto de derrumbarme.

—Surely to the sea. Darling, so it goes...

Las náuseas me interrumpen haciendo que me despegue de Blake y me alejo cuando siento la bilis subir por mi garganta. No soy tan rápida moviéndome, por lo que termino vomitando encima de él. Un sollozo se me escapa antes de volver a hacerlo. Tiemblo y reprimo las lágrimas que amenazan con salir mientras Blake me agarra del cabello, bajando y subiendo la mano por mi espalda.

—L-lo siento—ya es la décima vez que lo hago, al parecer es la una oración que puedo pronunciar—. Lo siento.

—Shh... Está bien—me reconforta aún masajeando mi espalda con suavidad—. Está bien, nada de esto es tú culpa.

Antes de que pueda responder, otra nueva oleada de vómito sale de mi. Me siento enferma, las náuseas no parecen irse, llevo días en lo mismo y ya no quiero seguir así. No sé que es lo que pasa y temo de que las consecuencias de comer ratas hayan llegado en el peor momento.

—Si lo es—logro responder cuando me recupero—. Si no estuvieras relacionado conmigo no estarías aquí, no deberías estar aguantando esto, no es justo para ti. Todo esto es mi culpa, soy la responsable...