Rojo Pasión [#1] ✓

Capítulo 15

"El encuentro de dos personas, es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman"

~Carl Jung

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Blake

Tenerla en aquella posición que se puede malinterpretar, con su culo pegado al bulto que se hacía cada vez más duro, hinchándose a través del pantalón, eso no estaba planeado. Nada de esto.

Pasamos de pelearnos como perros y gatos, a tenerla apuntándome con una pistola viéndome con esos ojos llenos de violencia, dispuestos a disparar, hasta terminar así. Perdiendo el juicio escuchando su respiración agitada, con unas ganas enormes de follarla en aquella mesa donde la tenía acorralada, excitado y molesto a partes iguales.

Jodida mierda.

No debería desearla, no quiero hacerlo, pero mi cuerpo reacciona involuntariamente cada vez que ella está cerca. Llevándome a una situación confusa, en las que mis acciones no tienen sentido, siendo un imbécil que paga su rencor hacia ella y a la vez volviéndome un ser irracional que tiene pensamientos indebidos en los que involucra su cuerpo. Algo que no debe pasar.

¿Qué clase de mala broma es esta? De todas las mujeres, la que se está metiendo en mi cabeza es ella, lo que me endurece con solo recordarla es ella, el sentir molestia cuando la veo besarse con otro es por ella. Todo tiene que ver con Khloe y me estoy volviendo loco.

Un movimiento me hizo salir de mis pensamientos. La muñeca se arquea más a mí y eso me hace apretar la mandíbula con fuerza, porque en serio quiero controlarme, pero sentirla no me estaba ayudando. Lo peor es que tampoco podía quitarme, evitando que la loca hiciera otra de sus locuras que terminaban en situaciones como esta.

—Quieta—advertí en un gruñido, manteniendo el poco control que me quedaba.

Hizo oídos sordos y volvió a moverse. Apreté el agarre que tenía en su cabello, pero sin lastimarla, era una simple advertencia de que no me tentara a cometer una estupidez. Lo más seguro es que estemos dando un espectáculo por la cámara que estaba dentro de la cabina, pero no tenía cabeza para eso, ya hablaría más tarde con William. Al ser horario nocturno, no revisaban mucho las cámaras de las salas, ya que supuestamente nadie las ocupaba a estas horas.

—Khloe...—comenzaba a caer, en ella, en su cuerpo de sirena, en la perversidad que brillaba en sus ojos verdes.

—¿Qué pasa, sargento? —murmuro con evidente excitación. A continuación, se rio disfrutando del sonido que causaba mi respiración pesada—. ¿Mucha tentación tener a una asesina acorralada?

Gruñí al darme cuenta de que su actitud rebelde solo me endurecía mas. Eso es lo que más me había excitado desde el principio, verla defenderse con palabras para después sacar ese lado salvaje que me dejó alucinando, como quitar el seguro sin titubear, era exquisito verla en su verdadera naturaleza, haciendo una mezcla extraña con el enojo que se asentó en mi pecho cuando me acusó de ser un asesino peor que ella.

¿Quién carajos se cree para decirme eso? Y aun peor, tiene las agallas para hacer algo en mi contra, mostrando lo firme que estaba con esa decisión y los ceros remordimientos que sentía.

La deseaba con la misma intensidad que la odiaba. Me intrigaba de la misma forma en que desconfiaba de ella. Tenía unas inmensas ganas de empotrarla contra la pared y llenarla de mi hasta que no pueda más como al mismo tiempo quería ahorcarla y vengarme por joderme la vida años atrás.

En definitiva, estaba perdiendo la cabeza.

Presioné las caderas en su trasero, tratando de aliviar el dolor en mis bolas, causando un gemido bajo en ella que me incitó a seguir moviéndome.