Capitulo 54. Ingnórame

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CAPITULO 54

Se acomoda junto a mí en nuestra cama, coloco mi cabeza en su pecho e intento encontrar una manera cómoda para mi bebé y yo.

Besa mi cabeza y yo inhalo con fuerza para soltar la pregunta que me invade de nuevo.

— ¿Qué es lo que no quieres que vea?

— ¿De qué hablas? — me pregunta extrañado.

—Hablo de que cuando entre a tu oficina en cuanto me viste cerraste la computadora y me alejaste de ahí.

—Estas imaginando cosas nena, es trabajo, solo eso. — vuelve a besar mi cabeza y coloca una de sus manos sobre mi vientre. —Duerme, es lo que necesitas.

Lo que necesito es que me diga la verdad, pero supongo que ahora no la obtendré.

El sueño me vence y entro en un dulce sueño entre sus brazos.

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Despierto por la mañana y el ya no está a mi lado. ¿Dónde está? Me levanto un poco. Volteo hacia el reloj que está en la mesita de noche, marca las nueve treinta.

Me estiro un poco antes de levantarme, suspiro  decido ir a darme un baño de burbujas tal vez Christian regrese a tiempo y quiera entrar conmigo.

Transcurre el tiempo y ni luces de Christian, salgo de la bañera y me enredo en una toalla. Cepillo mi cabello y lo seco, me visto y bajo para investigar su paradero.

—Buenos días Señora…— me saluda Gail al verme bajar por las escaleras. Trae una canasta con ropa entre las manos.

—Buenos días. Gale ¿has visto a Christian?

—Salió temprano junto a Taylor.

—¿Salió? ¿Sabes a donde?

—No señora…

—Gracias — intento sonreírle. Se supone que Christian debe estar en casa, en reposo. Solo espero no haya ido a la oficina a trabajar.

—Iré a dejar esto y enseguida estoy con usted para que me diga que es lo que le apetece desayunar. — me dice señalando la canasta. Asiento y me voy hacia la oficina de Christian.

Todavía no entro y ya me siento culpable por algo que ni siquiera he hecho pero sin duda hare, revisare su computadora portátil.

 Abro lentamente la puerta y veo hacia todos lados detectando mi objetivo. Voy caminando lentamente hacia él, se encuentra en su escritorio, muy inocente ahí, esperando me revele algo.

Lo abro y para mi desgracia tiene contraseña. Pruebo varias palabras y números intentando que alguna coincida pero nada funciona.

— ¿Señora? — me llama Gail y me asusto enormemente.

— ¿Qué sucede?

—Solo quería saber que le gustaría desayunar.

Lo pienso un tiempo sin saber bien que contestarle. —Yogurt con fruta y granola, por favor. — le respondo finalmente.

— ¿Quiere que se la traiga aquí?

—No, iré en cinco minutos a la cocina.

—Como guste señora. — Asiento y espero que cierre la puerta para seguir intentando.

Busco por toda la oficina, en los cajones, alguna libreta o lo que sea donde pudiera anotar una contraseña, pero claro aquí no hay nada.

Salgo resignada de la oficina dejando todo como estaba para que no haya sospecha.

Bebé Grey: Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora