Capitulo 45. ¡CHRISTIAN!

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CAPITULO 45

—Bienvenida de nuevo nena. — me dice Christian al abrir la puerta de nuestra casa.

—Al fin, ya extrañaba estar aquí. — respondo sonriendo.

Me sonríe y me toma de la mano guiándome con cuidado.

—¿A dónde quieres ir? Nuestra habitación, la sala de estar, el cuarto de TV o como no lo pensé antes, a la cocina…— al decir el último lugar suelta una risa.

—¿Se burla de su esposa embarazada señor Grey?—le digo cruzando los brazos.

—No me atrevería, pero últimamente es tu lugar preferido en la casa…

—Yo diría el segundo favorito…

—¿Cuál es el primero? — me pregunta.

—Nuestra cama. — levanto una ceja y lo observo.

—Bueno también es uno de mis favoritos, aunque con usted señora Grey cualquier lugar es bueno para un poco de sexo ya sea pervertido o vainilla. — se acerca más a mí y comienza a mordisquear la oreja.

—Como por ejemplo aquí…—me susurra y mi cuerpo se estremece, deseándolo.

Me separo de el respirando profundamente. —Christian, podría llegar Gail o Taylor— la idea de que eso pudiera suceder hace que me sonroje.

—Me importa una mierda, es nuestra casa. Y si quiero follarte a la entrada, lo hago.

—Christian…— lo regaño y vuelve a sonreír.

—Pero como tú quieras nena, si no quieres un poco de… placer… ahora mismo, tendré que esperar.

Comienzo a imaginar a Christian desnudo, frente a mí, introduciendo su miembro en mí, lento, acariciando mis pechos…

—No te muerdas el labio, me es muy difícil controlarme cuando lo haces…— susurra en mis labios y besándome.

Con solo pensarlo comienzo a sentirme húmeda y a quererlo dentro de mi ahora mismo.

—No lo hagas…

—¿Qué cosa? —pregunta confundido.

—Controlarte…te deseo…

—Y yo a ti… ven…— toma mi mano de nuevo y veo en sus ojos un brillo ardiente y sexy que me excita.

—¿A dónde iremos? ¿A la habitación?

—Esta demasiado lejos y quiero follarte ya mismo…— volteo por un instante a su entrepierna y veo un gran bulto. Su erección, muerdo aun más mi labio.

Recorremos el largo pasillo hasta encontrar la primera puerta disponible. Antes de entrar volteo hacia todas partes, buscando que no haya nadie cerca.

Es un pequeño baño de invitados, pero es perfecto para un poco de sexo.

Me toma por el cuello y comienza a besarme, introduciendo salvajemente su lengua cruzándose con la mía. Mi respiración se acelera, baja sus manos hasta mi espalda sin dejar de besarme. Se aparta por un momento, me observa y nuestras miradas se cruzan, gris contra azul, ambos llenos de pasión y deseo.

—Te amo…— digo con voz ronca y con poco aliento.

Me besa en respuesta. Para y se agacha hasta mi vientre, lo acaricia y le da un beso, baja un poco mas sus manos hasta llegar al botón en mis jeans, lo desabrocha, baja la cremallera y los baja de un solo movimiento.

Comienza a dejar pequeños besos en mis muslos, recorriendo cada centímetro hasta llegar a mi sexo.

Inhala profundamente. —Tu olor… simplemente me embriaga. — alcanzo a escuchar sus palabras tan seductoras que me enloquecen y hacen crecer más mi deseo por él.

Bebé Grey: Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora