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— Ruega de rodillas.

— Sigue soñando. — Se cruzó de brazos. — Le diré a Jisung que te deje. — Hizo el intento de irse pero Minho lo detuvo.

— No le digas nada, se lo tomará en serio y te hará caso. — Suplicó

— Por algo será.

— Se supone que eres mi mejor amigo, no tendrías que chantajearme de esta forma.

— Tú haces cosas peores, me metes a mi y no te digo nada.

— Jungwoo.

— ¿Me vas a ayudar o no?

— Está bien. — Respondió resignado. — Pero solo porque veo un brillo especial en tus ojos.

— Tampoco es para tanto.

— Te tomo una foto para que te veas.

— Si admito que me llama la atención pero tampoco es para tener "un brillo especial".

— Supongamos que te creo. — Lo conocía bien, sabía que algo tenía esa persona como para que su amigo se interese tanto. — ¿Cuándo, cómo y qué?

— Déjame planearlo bien y te lo digo.

— Está bien. — Minho miro su reloj. — Debo irme, mis padres me matarán si no llego a esa reunión.

— Suerte. — Dijo en forma de despedida.

— Adiós.

Jungwoo se quedó en su cuarto pensando qué iba a hacer. Metería en un problema a su amigo con la locura que tenía en mente.

Aclarando, no, no va a cometer asesinato, mandar a matar a nadie o secuestrar a alguien. Simplemente quiere acercarcarse a Yukhei, el abogado de la señorita Wong.

Si eso hace que se viera como un loco, está bien, lo aceptaba.

— Wong Yukhei ¿quién habla?

— Buenas tardes, señor Wong. Habla Lee Minho, dueño del laboratorio Lee know.

— Buenas tardes, ¿Qué se le ofrece? Y perdone la pregunta pero, ¿cómo consiguió mi contacto?

— Tenemos un conocido en común. — Si bien era verdad, eso sonó como una mentira. — Me han hecho saber que es uno de los mejores abogados del despacho Yeorobum, de Hong Kong.

— Bien, yo no diría eso, pero si soy parte del despacho.

— Me gustaría que sea el defensor del laboratorio.

— ¿En caso de?

— Nos demandaron por según una prueba mal realizada.

— Le voy a pedir que me facilite todos los archivos en su poder para así revisarlos con detenimiento.

— ¿Le parece si nos encontramos, Abogado? — Si no tuviera el teléfono en la mano, Jungwoo ya lo habría abrazado.

— Dígame, fecha, lugar y hora, Señor Lee. — Minho le dio la dirección de un restaurante que siempre era visitado por hombres de negocios.

— Lo espero, abogado.

— No se preocupe.

Terminó la llamada y toda su atención fue a su amigo.

— Te quiero demasiado como para seguirte en esta locura

— Eso debería decirlo yo. Me arrastras a muchas cosas.

The Heirs ⭐NCT⭐ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora