The Heirs ⭐NCT⭐

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— Aún no entiendo cómo no puede querer a esta hermosa criaturita. — Hyunjin tenía a Jihyun en sus brazos. Jaemin sonrió.

— Déjala. Suficiente amor recibirá de mi.

— ¿Y yo? ¿Estoy pintado o qué? — Preguntó ofendido.

— Si, de ti también. Tú eres el tío adinerado pero no soltero.

— Sabes que Jeongin también la ama. — Ambos llegaron a la oficina de Jaemin. — Perdóname por no poder cuidarla hoy.

— Tranquilo. Puedo cuidar de mi hija aquí en la oficina. — Su hermano le entregó a su bebé.

— Ten un buen día.

— Igual.

Una vez que ya no vio a su hermano, entró al edificio. Saludó a todos los empleados y subió al tercer piso.

— Buenos días, joven Jaemin.

— Buenos días, Lía. Ya te he dicho que me trates de tú. Tenemos la misma edad.

— Eres mi jefe. Me cuesta un poquillo.

Entró a su oficina y dejó a Jihyun en su cuna. Fue idea de Hyunjin que tenga una cuna ahí.

— Dime qué tengo para hoy.

— Una reunión con el departamento contable a las diez. Al medio día una reunión con el departamento de marketing y a las dos vendrá el señor Lee para revisar el contrato. — Dijo Lía.

Cuando escuchó a su secretaria decir lo último, su corazón se detuvo un microsegundo. Jaeno iba a ir a su oficina.

No, aún no estaba listo para verlo sin que su corazón lata a un ritmo demasiado rápido y sin que él lo escuche.

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— A ver, Jaeno, hazme el favor de calmarte. Es una reunión, no creo que vayas a morir por eso. — Ryujin como toda mujer embarazada estaba muy susceptible.

— Lo siento. — Detuvo su caminar de león enjaulado. — Te estoy incomodando

— No te diré que no es así porque si lo es.

(~)

— Anoche no logré sacarte información alguna pero hoy no te escapas, Lee Jaeno. — Ryujin apareció en el comedor.

— Primero que nada, buenos días. Si, yo también dormí bien, gracias. — Habló con sarcasmo.

— Dormimos en la misma habitación, no jodas.

— Si, mejor no jodo, tu humor es muy agradable por lo que puedo ver.

— Habla si no quieres terminar con un almohadón en la cara y dormir en la sala.

— Ryu, si sabes que hay más cuartos ¿Verdad?

— Si recuerdas que las llaves de todo el departamento las tengo yo ¿No? — Buena jugada la que hizo. — ¿Y entonces?

— La reunión tan importante a la que mi padre me llamó ayer fue para cerrar un contrato.

— ¿Qué con eso?

— No me imaginé que me encontraría con Jaemin, ahí. — El rostro de Ryujin se transformó.

— ¿Jaemin? — Jaeno asintió. — ¿Él está bien? ¿La loca de Yuna no le hizo daño, verdad?

— Siéntate. — Hizo que retrocediera para sentarla. — Si, él está bien. Por lo que ví no le hizo nada. Lo único malo parece que le quitó su sonrisa.