The Heirs ⭐NCT⭐

51👑

Yerim se quedó dormida a su lado en la amaca dónde ambos estaban recostados. Con cuidado se puso de pie y la tomo en sus brazos para poder llevarla a su cuarto. En el camino se encontró con su novio.

— Eres mágico. Cuando está contigo se queda dormida en menos de un segundo. — Peinó el cabello de su hermana, con sus dedos suavemente.

— Estuvo jugando en el agua toda la tarde, es normal que su cuerpo se haya relajado. La llevaré a su cuarto.

— Tengo una gran noticia. — Le dijo con una sonrisa.

— Ahora vuelvo. — Siguió su camino hacia el cuarto de Yerim para dejarla en su cama.

Luego de cubrirla con sus sábanas, encender el oxígeno. Voltear el ventilador para que no se enfríe, salió del cuarto dejando la luz de noche encendida.

Bajó y al no ver a Taeyong en la sala, supuso que estaba en su oficina así que camino hasta ahí pero no estaba allí, se extrañó ante eso

— Tae. — Entró en su cuarto y escuchó el agua correr en el baño. Entonces miró su reloj. Eran las diez de la noche.

Ni siquiera se había dado cuenta estando en el patio con Yerim. Solo se perdió en la belleza de las estrellas en el cielo.

— ¿Todo bien? — La voz del mayor lo hizo volver a la realidad.

— Si, todo bien. — Sonrió. — ¿Que gran noticia me quería contar?

Taeyong dejo la toalla en el cesto que había en el baño. Salió y se sentó al lado de Ten, en la cama.

— Dongyoung despertó. — Dijo con una gran sonrisa.

— Cielo, eso es maravilloso. — Cuando se dió cuenta de cómo lo había llamado cerro su boca de golpe. Taeyong sonrió más.

— ¿Qué pasa?

— Nada, nada. Dime quién te lo dijo.

— Primero dime por qué te cállate de repente. — Ten desvió su mirada hacia un costado. — Ten.

— El apodo por el que te llamé me salió sin querer.

— ¿Y?

— ¿No te incómoda?

— ¿Por qué debería de?

— Pues bueno es que... — Sinceramente no sabía qué decir.

— Deja de hacerte ideas en la cabeza. Por supuesto que no me incómoda que me llames de la forma en la que se te ocurra. Jamás podría incomodarte que mi novio me llame por apodos. — Lo abrazo e hizo que se recostara con él.

— Ya sé que lo estamos intentando pero no quiero arruinar nada.

— Ten, eres libre de llamarme como quieras. Si me hubiese incomodado eso te lo habría dicho.

— Taeyong.

— Ya, descansemos. Quiero me acompañes mañana al hospital a ver a mi amigo.

— Está bien. — Le respondió. A pesar de no verlo Taeyong sabía que Ten tenía una sonrisa en sus labios.

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— No me quiero quedar con mamá. — Yerim tenía un puchero en sus labios.

— Lo sé, cariño, pero debes hacerlo porque el hospital no es un lugar para niños.

— Pero yo quiero ver a Dongyoung. — En cierto punto era adorable ver a Yerim haciendo un berrinche o bueno hasta que empieza a llorar.