[Bangkok, Tailandia]
— Tranquila, cielo. Ya verás que nada va a pasarte. —Su voz era suave para no asustar más a la niña que tenía en frente. Se puso de pie y tomó a la pequeña de la mano y la llevó a la cafetería del hotel. — ¿Quieres un helado, hermosa?. — Su sonrisa hizo que la pequeña también sonriera. — Quédate aquí, ahora vuelvo, ¿si?. — La dejó sentada en una de las sillas del lugar y se dirigió a la cocina.
Al entrar todos los que se encontraban allí, prestaron suma atención al muchacho, esperando algún tipo de regaño.
— ¿Por qué están tan pálidos?, ¿a caso vieron un fantasma o qué?. — Dijo riendo por la actitud de los empleados de la cocina.
— Es algo sorpresivo verlo por aquí joven, creímos que vendría a regañarnos. — Dijo uno de los cocineros con un tono preocupado y aliviado a la vez.
— Yo no soy mi madre, yo no vendría a regañarlos como ella lo hace. — Dijo con una sonrisa. Todos dejaron salir el aire que retuvieron.
— Discúlpenos joven, no debimos pensar tan rápido. — Se disculpó con una reverencia.
— No te preocupes, está todo bien.
— Entonces... ¿Qué se le ofrece?
— Helado
— ¿Helado? Usted es el dueño puede sacar una de las copas cuando le plazca.
— No es para mi, y que sea el "dueño". — Hizo comillas con sus dedos. — No me da el derecho de hacer eso. También debo venir y pedir las cosas, no solo sacarlas.
— Si no es para usted entonces ¿Para quién es? — Preguntó curioso uno de los cocineros.
¿Por qué pediría algo para alguien más?
— Ah, es para una niña de unos cuatro años. — Ten mostró una suave sonrisa. — Realmente no sé cuál es el sabor que más les gusta a los niños.
— Tenemos el de banana con chocolate si quiere...
Ten lo pensó unos segundos antes de confirmar el pedido.
— Está bien, sírvelo. — El joven cocinero le entregó un pequeño platillo hondo de vidrio con algunos detalles, lleno del helado mencionado, juntos con algunas galletas y una frutilla encima.
— Gracias, Bas, y adiós. Adiós a todos, tengan lindo día. — Se despidió y salió del lugar.
— Adiós, joven Chittaphon. — Dijeron al unísono.
— Es muy distinto a su madre, él es un sol que ilumina a todo y todos con tan solo su presencia. — Dijo unos de los cocineros, mientras miraba embobado la puerta por donde salió su jefe.
— Ya deja de babear y sigue cortando esas verduras. — La voz del chef principal lo sacó de su ensoñación.
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Cuando Ten llegó de nuevo a la mesa donde había dejado a la pequeña, no la encontró allí. El pánico empezó a recorrer todo su sistema.
— Lalisa, pequeña ¿Dónde estas?. — De verdad si no encontraba a la niña, sufriría un ataque al corazón.
Se dirigió hacia el centro de seguridad del hotel para que le permitieran revisar todas las cámaras de seguridad.
En el camino pudo ver como un hombre arrastraba a una niña y por los zapatos que llevaba pudo saber que era precisamente la niña que él estaba buscando.
Informó a todo guardia que se le cruzo en frente mientas el corría en busca de la pequeña.
Cuando estuvo lo mas cerca posible, gritó el nombre de la niña
— ¡LALISA!.
la niña al escuchar su nombre comenzó a llorar y patalear para que el hombre que la tenía sujeta la soltara
— ¡Ya cálmate, mocosa, si no quieres que te tire a la pileta!.
Chittaphon vio que aquel hombre no tenía intención alguna de soltar a la niña, así que corrió hacia ellos.
— Suéltela si no quiere que llame a la policía. — Habló seriamente cuando estuvo cerca.
— Ja. ¿Y tú quién eres? — Aquel hombre tenía una sonrisa sarcástica dibujada en los labios.
— Dije que la suelte. — Ten hizo el intento de tomar la mano de la pequeña, claramente fallando.
La niña mordió la mano de aquel hombre y pudo soltarse del agarre y corrió a los brazos de Chittaphon.
Cuando estuvo a punto de llamar a los guardias y llevar lejos a la pequeña, sintió como unos brazos lo levantaban y lo arrojaban a la pileta.
Siempre pensó que el error más grande que pudo haber cometido en su vida es no haber aprendido a nadar. La natación nunca fue su deporte favorito, pero ahora por culpa de no haber aprendido estaba a punto de morir ahogado.
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No supo cómo, cuándo o por qué, pero ahora se encontraba en su cuarto dentro del hotel completamente bien y con una pequeña Lalisa a su lado....
— Nena ¿Estás bien?. — fue lo primero que preguntó cuando abrió sus ojos y pudo enfocar todo correctamente.
— Si. — Le respondió con una sonrisa brillante.
— ¿Qué paso? — Preguntó sentándose en la cama.
— Un joven lo salvó a usted y a mi. — Explicó la pequeña con una linda e inocente sonrisa.
En su rostro se dejó ver la sorpresa. Y por su cabeza pasó que ahora le debía su vida a solo Dios sabrá quién.
No importa, se lo agradecería si es que llegaba a encontrar a esa persona. No todos los días alguien te salva de morir ahogado.
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Capitulo editado.
~Byuni/Sunshine~
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The Heirs ⭐NCT⭐
Fanfiction¿Qué hay de malo en ser heredero de algo? La respuesta la tienen estos doce herederos que no tenian idea de que sus vidas iban a cambiar tan drásticamente. ¿Podrán tener la vida perfecta que ellos soñaron y pensaron que iban a tener? ?TaeTen ♥Jae...