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Felix tenía sus mismos ojos. Desafiante y con un extraño brillo en ellos que no sabía decifrar

"Gracias al cielo es lo único que tiene de ella"

— ¿Ya me vas a decir qué haces aquí? — Preguntó.

— Te di una maldita orden y ya ha pasado un maldito año y no la cumpliste.

— ¿En serio tu creíste que iba a obedecer?

— Tienes que hacerlo.

— ¿Por qué? ¿Porque Félix está en peligro según tú?

— Tu sabrás, Mark. Si quieres ver a tu hermano en peligro no harás nada y si es lo contrario te casarás. — Mark sonrió de lado.

— Déjame informarte algo ya que parece que nos has leído ninguno de los papeles que se te han hecho llegar.

El rostro de Emily cambió a uno sin expresión.

— Dentro de una semana debes presentarte en el juzgado para el juicio por la custodia de Félix.

Y eso fue el detonante para el desastre en el que se convirtió su oficina.

— ¡¿QUIEN MIERDA TE CREES PARA QUERER QUITARME A MI HIJO?! ¡JAMAS LO VOY A PERMITIR! ¿ME ESCUCHASTE? ¡JAMAS! — Por cada grito, Emily destruía todo lo que había en el lugar. — A demás Félix es mayor de edad.

— Mientras siga con sus estudios mi hermano necesita un tutor legal.

— ¡Eres un maldito! — Se acercó y lo tomó del cuello de su camisa. — ¡Jamás me vas a quitar a mi hijo!

— Eso no lo decides tú, maldita loca. — Hizo que lo soltara de manera brusca.

— Tú sigues insistiendo con quitarme a Félix y yo destruiré lo que ahora es lo más importante en tu vida, estúpido. — Mark rio.

— Lo más importante para mí es mi hermano.

— ¿Y el chico que vive contigo? — Vio el rostro de Mark volverse serio. — Vaya di en el blanco.

— Le tocas un solo cabello a Donghyuck y juro que yo mismo te mataré.

— No me desafies, Mark Lee, muy bien sabes de lo que soy capaz. — Salió de la oficina.

Mark pateó la última maseta que seguía viva en el lugar.

— ¡Aaaaaa! — Se tiró el cabello.

— ¿Mark? — Levantó la mirada cuando escuchó la voz de Donghyuck.

— ¿Qué haces aquí?

— Me acompañarias a comprar algunas cosas que necesito para la universidad ¿Lo olvidaste? — Con cautela el menor entró. — Pero por lo que estoy viendo no estás en condiciones para salir de aquí.

— Lo siento, Hyuck.

— No te preocupes. Puedo pedirle a alguno de los guardias que me lleve.

— Aguarda. — Presionó un botón para llamar a Wendy.

— Dime, Mark.

Dile al cuerpo de seguridad que suba a mi oficina.

Entendido.

Se acercó nuevamente al menor.

— Irás con un cuerpo de seguridad y no quiero reproches

— Eres más sobre protector que mis padres.

— Si te pasa algo ellos me van a cortar la yugular y mira que no van a fallar en eso. — Donghyuck rio negando.

Cuando el cuerpo de seguridad llegó, Mark les dió la estricta orden de que en ningún momento se alejaran del menor a menos quisieran ser despedidos.

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