Planes sobre la marcha

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La casa Black pronto se vio más iluminada que cualquier otro día, igual o quizás más cuando los dos pequeños amos eran niños pequeños. Las imágenes de los cuadros parecían despertar de un largo letargo de sueño, moviéndose con intriga mirando hacia aquella escena en la entrada. Todo estaba en silencio, el cuadro cubierto por cortinas aún no se había abierto como en otras oportunidades.

— Les daré un Tour rápido por la casa, aquí en la planta baja esta la cocina y el comedor, la alacena y la puerta al sótano — señalo Regulus con entusiasmo. — En el primer piso esta la sala, y una biblioteca, no suele mostrar su puerta, es algo caprichosa, cuando se abra, aprovecha para sacar los libros que quieras leer, cuando regrese puedes devolverlos.

— Ya veo — giro los ojos el pocionista.

— En el segundo piso están las primeras habitaciones normalmente son para huéspedes, pueden elegir la habitación que quieran — dijo Regulus guiándolo por las escaleras. — La casa se acopla según el número de personas que vivan dentro de ella, solo hay 3 habitación siempre presentes, la de mis padres, y las dos del cuarto piso, las habitaciones se abren de manera gradual, ahora debe haber tres en este momento además las fijas.

— ¿Por qué tres? — pregunto Snape.

— Yo no duermo en mi habitación, duermo en una del tercer piso, a veces duermo en la de mi hermano — respondió bajando la mirada. — Por lo que la casa seguramente ya ha separado dos habitaciones más, una para ti Snape, y una para Harry.

— En el tercer piso será.

— Me gustaba mi cuarto — susurro Harry abrazando a Snape.

— Decoraremos su cuarto de igual manera señor Potter, por favor no se angustie por nimiedades.

— ¿Por qué le dices señor Potter?

— Costumbre de profesor, que prefiero prevalecer — explico subiendo las escaleras.

Subieron entonces al tercer piso, y tal como dijo Regulus había tres puertas, abrieron la primera, la más alejada de las escaleras donde encontrón un dormitorio con una sola cama individual. Sin perder tiempo, Snape entro y sentó a Harry en la cama para ayudarlo a ponerse el pijama y cobijarlo, al día siguiente se encargarían de que el cuarto fuera más o menos agradable para el niño de seis años.

Severus no se fue de su lado hasta que se durmió, viéndolo abrazar a uno de sus osos de peluche nuevos, Harry había elegido dormir con el que tenía forma de serpiente. En cuanto el pequeño se durmió comenzó a inspeccionar el resto de la casa, comenzando por el cuarto piso.

— He, Snape...no te va a gustar el cuarto de mi hermano — advirtió Regulus al verlo subir y abrir la habitación.

Aunque Kreacher ya se había llevado las bandejas con la comida la habitación era realmente impactante la viera por donde la viera el maestro de pociones. No era por los colores, representando a Gryffindor en su totalidad, con banderas y pancartas, sino por imágenes en la pared que eran realmente desagradables.

 No era por los colores, representando a Gryffindor en su totalidad, con banderas y pancartas, sino por imágenes en la pared que eran realmente desagradables

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