El Rescate

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Había llegado a la Casa de los Gritos, por donde se veía con una casa antigua, a la que los años habían llegado a su paso, los muebles que se veían estaban completamente cubiertos por polvo y suciedad. Todos los muebles, sin saltear ninguno, estaban rotos, pero no era simplemente producto de la humedad, algunos tenían marcas de arañazos, otros estaban partidos en varias partes.

Las puertas también habían sido atacadas por algo con enormes garras, al igual que cualquier abertura y las ventanas, a pesar de estar siendo tapiadas con grandes trozos de madera, se veían que habían recibido zarpazos.

Al ver al suelo se veían marcas de patas y pies, junto a algo que había sido arrastrado, al parecer alguien vivía allí.

— Esto no es cosa de fantasmas — dijo Draco observándolo los arañazos en cada mueble y pasando su mano por encima—. Es de un animal, con grandes garras, con cinco dedos en cada pata ¿Qué animal tiene cinco dedos en cada pata?

— ¿El profesor Snape los mando a hacer el trabajo sobre hombres lobos? — pregunto Harry —. Esto es hecho por un hombre lobo.

— Me alegra no ser la única que lo hiciera — exclamo Hermione aun alterada por lo que había pasado, vio los ojos de Harry, se veía más serio de lo habitual.

— Bien, un hombre lobo viene a pasar sus trasformaciones aquí — exclamo Draco dando unos pasos —. Sigamos ese rastro, vamos por Weasley y volvamos antes del anochecer, no sé ustedes, no quiero encontrarme con el asesino de Sirius Black.

— O con el hombre lobo cuando pase por la transformación, hoy es noche de luna llena — acoto Hermione dando un paso.

Comenzaron a recorrer la casa de los Gritos buscando a Ron, claramente África y los otros animales habían estado ahí, noto las patas de Hedwig en los muebles y el serpentear de África a un costado, incluso en las escaleras. Guiados por aquel rastro de algo siendo arrastrado subieron las escaleras que parecían estar cerca de caer bajo su propio peso. Subieron de uno en uno hasta el piso superior donde parecía haber una sola habitación.

Entraron a la habitación sin demora, ahí estaba Ron sobre una esquina, con la pierna herida, sangrado y en una posición que era imposible de mantener por fuerza propia. Entraron a ayudarlo, entre Harry y Draco lo ayudarían a llegar a la enfermera.

— Weasley ¿Dónde está el perro? — pregunto Malfoy acercándose a poner su brazo alrededor de su cuello, para así ayudarlo a sostenerse.

— No, es una trampa, no es un perro, es un animago, es Sirius Black — señalo Ron aterrado hacia la otra punta de la habitación.

Todos miraron hacia donde señalaba Ron, y en efecto, ahí estaba, oculto tras las sombras cerró la puerta detrás de ellos.

Harry reconoció a su padrino, estaba ahí, con una mata de pelo sucio y revuelto, sus ojos parecían desorbitados, mirando directamente a los cuatro

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Harry reconoció a su padrino, estaba ahí, con una mata de pelo sucio y revuelto, sus ojos parecían desorbitados, mirando directamente a los cuatro. Su piel estaba cerosa, a pesar de llevar poco tiempo desde la última vez que se bañó, sus dientes estaban amarrillos, Harry estaba seguro que nunca lo había visto lavarse los dientes en las mazmorras, pero era verdad, ahí estaban. Sirius Black miraba como si estuviera preso de la locura como en las fotografías que repartía el ministerio, una mirada que causaba temor en sus espectadores.

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