La profesora McGonagall estaba muy disgustada por lo que acababa de ver, Harry bajo de la escoba y miro temeroso, no sabía si la profesora cumpliría la amenaza de Madame Hooch, si lo mandaría a casa no podía volver. No había nadie en casa que lo esperara, tendría que volver a estar oculto en Hogwarts en el mejor de los casos, o en el peor ser enviado con sus familiares Muggles a una escuela Muggle y no ver a su papá Severus ni al tío Regulus durante nueve meses, y eso era lo que menos quería.
— Profesora, me hago responsable de lo que paso — interrumpió Regulus—. No pude controlarlos...
— Vi lo que paso señor Prince, claramente no podría hacer nada con un esguince de tobillo— dijo mirándolo con enojo—. He de suponer que la razón por la que decidió quedarse fue para vigilar a los alumnos de primero.
Regulus se sintió apenado, la profesora se acababa de dar cuenta de algo que había ocultado de manera adrede, el dolor de su tobillo cuando lo apoyaba.
El disgusto de la docente de trasformaciones no obstante sorprendió a todos cuando trasformo con un simple movimiento de varita en una camilla flotante a un troco de abrol, la cual se acercó al mayor rodeado por los alumnos de primer año.
—¡¿Qué espera señor Prince?! Súbase, lo llevare a la enfermería — ordeno impaciente a lo que el pelinegro se subió tan rápido como pudo. La profesora satisfecha fue a tomar por el brazo a los dos alumnos infractores, Malfoy y Potter —. Y ustedes dos, vienen conmigo.
— Usted no es mi jefa de casa, suélteme — gimoteo Draco Malfoy intentando soltarse.
— Dejare a su jefe de casa a cargo de su castigo, señor Malfoy — dijo la profesora McGonagall.
Con solo una advertencia la profesora se alejó guiando la camilla, la primera parada fue la enfermería donde Poppy Pomfrey estaba atendiendo la muñeca lesionada de Neville, en la mesa había una botella con la forma de un esqueleto. Le encargo a la sanadora al ayudante del profesor de pociones y fue a las mazmorras, donde interrumpiendo la clase de tercer año dejo al Slytherin de primer año a manos del profesor de Pociones explicando lo sucedido, y luego se alejó con Harry, aun aferrado a su brazo.
Harry pensó que seguramente lo llevarían con el director, ya que Draco era responsabilidad del profesor de Pociones y si este, con claros favoritismos por su casa le pondría un castigo mucho menor, mientras la profesora Minerva claramente tenía que castigarlo a él y lo sancionaría según su criterio. También paso por su mente el castigo que le impondría su padre, le había prometido ser bueno, nunca más hacerlo enojar y no meterse en problemas, y entonces se preguntó ¿Lo que hizo seria razón suficiente para que su papá lo dejara de querer?
Esa noche, después de la cena tendría otra detención, por haber salteado un paso en la preparación de su poción de esa mañana.
La profesora llevo a Harry a paso rápido por cada pasillo sin detenerse, hasta que Harry pudo reconocer la puerta donde entrarían, era el aula de encantamientos, donde el Profesor Fillius Flitwich estaba dando su clase.
— Disculpe, profesor Filtwich, ¿Me permite a Wood un momento?
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El Nuevo Black
RandomSeverus regresa un día a casa y descubre algo de su pasado, a los 16 años, en el ministerio, alguien lo caso con Sirius Black. Decidido a pedir el divorcio y no tener ninguna relación con su mayor acosador, este le pide a cambio su firma que visite...