Preludio de la Segunda Prueba

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La diferencia entre directores era demasiado visible para alguien que había estado en el despacho de cada director, al menos una vez, un cuadro nuevo, las preferencias de cada director por alguna decoración en particular, algunos amaban los libros y tenían estanterías repletas, otros, como Albus Dumbledore objetos que emitían sonidos estridentes y luces intermitentes. Lo único que no cambiaba nunca del despacho, salvo la cantidad, eran los cuadros de directores pasados, todos colgados en la pared, aunque con cada visita a un nuevo director, siempre la primera tenía un cuadro más, el cuadro del director pasado, y en esta visita no fue la excepción ver el cuadro de Armando Dippet.

Era la primera que Arcturus Black III visitaba el despacho de Albus Dumbledore, aunque Arcturus tenía más historia en aquella sala que cualquiera otro estudiante.

No era algo que querría recordar, durante toda su educación en Hogwarts, Arcturus Black III tenía clases en aquel despacho con su abuelo, Phineas Nigellus, clases intensivas de cómo llevar a la familia, de cómo llevar los negocios de la familia Black, para incrementar el patrimonio, uniendo a la familia con otras familias sangre pura. Phineas siempre le recordó, con demasiada claridad, el orden de sucesión, su línea familiar era la líder, al ser el hijo mayor del Phineas, Sirius III, su deber era casarse y tener un hijo heredero, sin importar que.

Con armando Dippet como director la razón de estar ahí fue otra, había llegado una lechuza de Hogwarts, una carta firmada por el director. La reunión era urgente, para hablar sobre un tema de competencia, creyeron que algo les había pasado a sus hijos, que las advertencias de Orión se habían cobrado su vida, pero al llegar Dippet junto a dos profesores les dijo lo que había pasado, una alumna acababa de fallecer y Orión había sido testigo del acto, pero a ojos de Orión un monstruo había cometido el asesinato.

13 de Junio de 1943, la fecha que nunca olvidaría, una advertencia que no fue escuchada y una muerte que fue anunciada, ambas cosas Arcrturus Black III nunca se lo perdonaría a los únicos dos responsables, Armando Dippet como director de Hogwarts, quien aseguraba que las petrificaciones se debían a un alumno jugando una broma y que pronto atraparía, y el ministro de magia de aquellos años, Leonard Spencer-Moon, a quien Arcturus advirtió lo que pasa en Hogwarts tiempo atrás, y aseguro que no podía interferir en Hogwarts, porque Dippet tenía todo bajo control.

Apenas entro en aquel despacho podía escuchar las voces de Phineas Nigellus, recordándole sus deberes "Eres el varón mayor, eres el heredero", Su deber como tal no solo era llevar las cuentas de la familia, tenía que encaminar a la familia "Ellos hacen lo que tú digas, no lo que ellos quieran". Phineas Nigellus no aceptaba que se le contradiga, no acepta que le llevaran la contraria.

Sentado en la silla del director estaba Albus Dumbledore mirando con seriedad, algo que pocas veces era visto, a su lado estaban los cuatro jefes de casa, el ambiente normal no era alegre, mucho menos festivo a pesar de la fiesta que había terminado una hora atrás. A cada lado estaban los jefes de casa, dos de cada lado, Pomona Sprout y Filius Flitwich estaban sorprendidos ante lo que escuchaba, Minerva McGonagall se veia angustiada y Severus Snape se mantenía serio.

— Lo que me está diciendo es algo preocupante señor Black, muy preocupante — dijo el director —. Tengo total confianza en cada uno de los profesores de Hogwarts, ninguno de ellos atentaría contra los estudiantes, escojo a mis profesores con demasiado cuidado.

— No estoy poniendo en duda a ninguno de sus profesores, director, solo a un impostor — dijo seriamente —. Ese hombre que tiene dando Defensa Contra las Artes Oscuras no es quien dice ser.

— ¿En que se basa esa apreciación señor Black? — pregunto Minerva McGonagall.

— En que no me reconoció — respondió Ignatius manteniendo la mirada

El Nuevo BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora