La segunda prueba

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Imagen de: https://www.bloghogwarts.com/2014/07/31/spoilers-jkr-revela-nuevos-datos-de-lechuzas-enfermedades-el-lago-negro-y-el-pensadero/

La salida a Hogsmeade termino abruptamente, Hermione se veía más que decidida y orgullosa de lo que había dicho y hecho, Harry se despidió de Gran-gran y la bisabuela Melania, quien se quedó observando a los cuatro muchachos que salieron apresurados, todos guiados por Hermione. Harry miro un momento hacia atrás cuando salían de las tres escobas, el vuelapluma de Reta Skeeter estaba fuera de su bolso y escribía algo de manera vigorosa sobre un largo pergamino.

Ninguno de los cuatro supo cuál era el plan de Hermione hasta que llegaron frente a la cabaña de Hagrid, los tres varones se miraron, ella quería hacer que Hagrid reaccionara y levantara la cabeza, para todos ya era claro que como el estatus de semigigante de Hagrid era publico esa era la razón por la que ya no había salido de su cabaña y descuidaba sus deberes, tanto como guardabosques como profesor, y a razón de ello habían puesto una profesora suplente.

— Hagrid, abre por favor, a nadie le importa quién era tu madre — grito Hermione golpeando la puerta —. No nos importa lo que escribió la zorra de Skeeter.

La puerta fue abierta ni más ni menos que por el profesor Dumbledore, quien les hizo un ademan para pasar, los cuatro se aglomeraron en la entrada. Hagrid estaba sentado frente a la mesa, su cabello se veía mas enmarañado que un nido de arañas y sus ojos rojos, al parecer llevaba bastante tiempo llorando, además de las enormes ojeras que lo acompañaban.

— Hagrid, yo no dije eso de tu clase, y mucho menos se lo dije a Skeeter — se apresuró a decir Malfoy —. Los alumnos de segundo año estaban pidiendo recomendación de que clase tomar y lo que dije fue que no me gustaba cuidar a los Escregutos de Cola Explosiva, si me gusta tu clase, salvo por los Escregutos.

— La profesora no nos dejó tocar a los unicornios a los varones — acoto Harry.

— Creo que los gritos de la señorita Granger y las sabias palabras del señor Malfoy son justificación suficiente que no les importa tus orígenes — acoto Dumbledore mientras hizo un movimiento de varita, haciendo aparecer unas cuantas tazas de té y una tetera.

— Es verdad, no te tiene que importar lo que dijera una periodista que gusta del chisme, debería trabajar en una revista y no en un diario serio — añadió Harry.

— A mis hermanos y a mi papá vive escribiendo cosas, a mi papá nunca le atina al nombre, a mi hermano lo llama ese de pelo largo y a Percy le llama...Whaterby.

— Mi familia no cree en lo que escribe Skeeter desde hace décadas, mi madre quema todos sus artículos apenas los ve — continuo Draco —. Si una de las familias sangre pura no le cree ni una palabra, menos la comunidad mágica debería creerle.

— He aquí la prueba de lo que te he dicho Hagrid, tienes a cuatro jovencitos, tan diferentes en orígenes como crianzas tan distintas, pidiendo por su profesor de Cuidado de las Criaturas mágicas — dijo Dumbledore con vos quedada —. Y ya te he mostrado innumerables cartas de padres que te recuerdan de cuando estudiaron aquí, diciéndome en términos muy claros que quieren que te quedes, y caso contrario, si llegara a hozar despedirte, tomaran cartas en el asunto.

— No todos — dijo con los ojos llorosos.

— Si mi padre dice algo, no le hagas caso...es uno, pero mi abuela no tiene nada contra tuya...solo lo del libro que casi nos come la mano — continuo Draco.

— Sinceramente Hagrid, si tuviera que buscar aprobación de todo el mundo, no sería director, año a año, semana a semana, he recibido quejas sobre mi desempeño como director, padres disconformes, pero no por ello me encierro en mi despacho.

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