Capítulo 28

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La expresión de desagrado de Justin no la disimuló en lo absoluto, fue demasiado obvio que no quería que me quedara con él.

-No hagas esa cara, Noah a pesar de todo es mi amigo.
-Y está enamorado de ti.
-Pero yo no de él.
-Hanna habíamos acordado vivir juntos estos días que tu familia estuviera aquí.
-Lo sé Justin pero, cuando regresé de California estaba algo molesta contigo y le pedí a Noah que me dejara quedar unos días con él.
-Mira Hanna, no me gusta que estés con él pero sé que estás segura porque te quiere y por ende te cuida pero ya es bastante tarde y no me gustaría que te fueras sola, sabes que te llevaría pero Mía está durmiendo y no quiero dejarla sola ¿Por qué no te quedas con nosotros esta noche? A ella le dará mucho gusto si te ve aquí en la mañana.
-... Si pones a Mia como pretexto sabes que no puedo decirte que no ¿Verdad?
-Entonces la pondré como pretexto todos los días... Voy a traerte algo de ropa para que te cambies.
-Está bien.
-Hay un pequeño detalle.
-Solo tienes una habitación y está Mia durmiendo allí.
-Sí, la cama es grande pero no sé si te gustaría dormir con ella o podríamos dormir un poco incómodos en el sofá los dos.
-Démosle su espacio a Mia, sino te importa compartir tu sofá conmigo.
-Mi casa es tu casa, lo mío es tuyo, ven vamos a descansar.

Me fui a cambiar al baño y me lave la cara, ese día no llevaba nada de maquillaje ya que estaría solamente en casa con mis hermanos así que no me arreglé en lo más mínimo.

-¡Wow!
-¿Qué pasa?
-Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida con y sin maquillaje.
-Que mentiroso, conoces miles de mujeres de todo el mundo, más de una debe ser perfecta.
-Hay una.
-Ves.
-Tú.
-Justin.
-Es la verdad Hanna, tú me encantas y me vuelves loco; dime una cosa.
-...
-¿Te gusto si quiera un poquito?
-No, no me gustas un poquito.
-¡Ah!
-Me gustas mucho Justin y no solo por ser misterioso, atractivo y muy sexy, sino que me gustas por ser quien eres, en la oficina todo el mundo te respeta por ser bastante enérgico y perfeccionista pero en tu casa te desvives por tu hija y eso me encanta de ti.
-Eres increíble Hanna, no sé cómo no te conocí antes.
-Llamémoslo destino.
-Vamos a llamarlo como quieras.

Seguimos hablando por un rato hasta que el sueño nos venció a los dos, en la mañana el grito ensordecedor de Mia fue quien nos despertó bastante exaltados.

-¡HANNA!
-¡Ay por Dios!
-¡Estás aquí!
-Hola Mia, estoy aquí.

-Mi amor tranquila, vas a asfixiar Hanna deja que respire.
-¿Qué es asfixia?
-Es cuando...

-Justin, no.
-Ella preguntó.

-No importa que sea, solo abrázame.
-Ok.
-Te extrañé mucho Mia.
-Yo también te extrañé, yo pensé que ya no me querías ver y por eso no venías.
-Claro que quería verte pero tenía mucho trabajo en la oficina.
-¿Tu jefe es malo y te pega sino trabajas?
-Mi jefe a veces es algo enojón pero no es malo.
-El jefe de mi mamá sí es malo, cuando tenía dinero él le pegaba para que fuera por billetes.

Esa confesión de Mia nos dejó sin palabras a Justin y a mí, ambos nos quedamos viendo sorprendidos y lo único que pude hacer fue abrazar a Mia que estaba sentada en una de mis piernas y darle un beso en la frente.

-Mi amor ¿Tú veías cuando ese hombre golpeaba a tu mamá?
-Sí, mi mamá me decía que íbamos a jugar a los escondites y que ella iba a contar porque yo no sabía y me iba a esconder al armario o debajo de la cama y cuando ese señor se iba me decía que podía salir porque ya no podíamos jugar... Después mi mamá solo lloraba y decía que jugaba a ser doctora porque se limpiaba la cara y se ponía crema en las piernas y en los brazos; después siempre se ponía una inyección y se dormía.

Todo lo que Mia había pasado era un infierno en la tierra para una niña tan pequeña. En ese momento entendí porque su madre la dejó con Justin sin siquiera decirle que tenía una hija.

-Mi amor ¿Por qué no vas a buscar ropa bonita? Y ahorita voy contigo para ayudarte a cambiar y hacerte un lindo peinado ¿Quieres?
-Ok Hanna.
-Corre.

Se bajó de mi pierna, se fue corriendo a la habitación y cerró la puerta; Justin estaba detrás del sofá cuando Mia nos estaba contando todo lo que había vivido con su mamá y cuando le niña se fue él se dio media vuelta para quedar viendo por el ventanal, era obvio que se sentía impotente y estaba frustrado; me acerqué a él y lo abracé por la espalda media.

-Entiendo como te sientes, yo tampoco puedo creer que Mia pasara por todo eso siendo tan chiquita.
-¡Hanna si yo hubiera sabido que la madre de Mia estaba embarazada desde ese momento hubiera hecho algo para mi hija no sufriera, es cierto que en mis planes no estaba ser papá, pero tampoco estaba negado a la idea y saber que mi hija vivió un infierno siendo tan chiquita me parte el corazón!
-Yo lo sé Justin, pero no es culpa tuya, tú mismo lo dijiste. Fue algo de una noche con una prostituta y jamás te imaginaste que de esa borrachera iba a salir este angelito increíble.
-No puedo creer que esa maldita se drogara enfrente de su propia hija.
-No es justificación, porque no la tiene pero debes entender que era la una salida que ella conocía para olvidarse del dolor físico, debemos estar agradecidos porque a Mia nunca la drogo ni le hizo nada malo, porque como ella pudo y hasta donde lo hizo cuidó de su hija... Justin él hubiera no existe y lo más importante ahora es ayudar a Mia como sea para que pueda llevar una vida lo más normal posible y yo voy a estar a su lado apoyándolos y ayudándolos a los dos.
-¡Gracias Hanna, gracias por estar a mi lado y por ser como eres conmigo y con mi hija!
-Soy tu novia ¿No? Para eso estoy, para apoyarte y quererte.
-¡Mi novia... Y que novia tan perfecta me ha tocado!
-No soy perfecta, soy humana.

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