Capítulo 20

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Yo estaba sentada en el sofá con una taza de té viendo mi celular revisando cosas de trabajo.

-Hola.
-Hola... Linda ¿No?
-No más que tú.
-¿Qué pasa?
-Tengo un par de llamas perdidas de casa.
-Pues llama.
-Eso haré.

-Hola.
-Mia.
-¡Papi!
-¿Cómo estás mi amor? Vi que llamaron de casa ¿Estás bien?
-Estoy bien pero te extraño mucho.
-Yo también te extraño hija ¿Está todo bien?
-Sí, pero quiero verte y a Hanna.
-También quiero verte y ahora estoy con Hanna.
-¿¡Puedo hablar con ella!?
-Déjame ver.

-Quiere hablar contigo.
-Pásamela.

-Hola princesa ¿Cómo estás?
-Hola Hanna, estoy bien pero los extraño mucho.
-Y nosotros a ti, pero te prometo que nos veremos pronto.
-Hace mucho que no nos vemos ¿Estás molesta conmigo?
-Por supuesto que no Mia.
-Cuando regresen ¿Puedes venir a verme?
-Claro que sí, bueno primero tenemos que pedirle permiso a papá...

La chica salió de la habitación con el cambio de sábanas y Justin se levantó del sofá para agradecerle a la chica y acompañarla a la puerta; no podía dejar de ver como esa mujer lo veía y después de lo que había pasado me sentía molesta.

-Mia debo colgar y tú deber ir a la cama porque ya es muy tarde en Nueva York.
-Está bien.
-¿Quieres decirle a algo a tu papá?
-No, pero ¿Puedes darle un beso de mi parte?
-Claro.
-Adiós Hanna.
-Adiós princesa.

Colgué el celular de Justin y lo dejé en la mesa de centro de la sala, la chica del servicio estaba hablando con Justin en la puerta y yo me levanté del sofá con mi taza de té y me fui a la habitación a dormir. Me senté en la cama para terminar mi té e ir a dormir, poco después de que me fui a la habitación Justin llego y se acostó con la cabeza sobre mi pierna.

-Mia te mando un beso y dice que te extraña mucho.
-Quiero que me des ese beso tú.
-O la chica del servicio, la que sea.
-¿Eso son celos?
-Jamás.
-Bueno, porque me dio esto.
-¿Qué es?
-Su número de celular.
-¿¡Qué le pasa!?

Justin solo hizo una sonrisa con un poco de sonido, y volteó a verme sin levantarse.

-Sigo sin poder creer que hemos estado trabajando en el mismo edificio por dos años y jamás nos habíamos visto.
-Nunca había sido requerida para ninguna reunión así que no salía mucho de mi oficina y tú, bueno eres el jefe y sabemos que un hombre muy ocupado.
-Es cierto que vivo más en el agencia que en casa.
-Todo eso va a cambiar ahora que tengas que hacerte cargo de Mia al 100% ¿Lo sabes no?
-Lo sé... ¿Sabías que estas son las primeras vacaciones que tomo en más de un año?
-¿En serio?
-Sí, en este tiempo nunca conocí a nadie con quien quisiera pasar unas vacaciones juntos.
-¿Y conmigo sí?
-Contigo quiero todo.

Todavía me dolía la espalda baja y la cadera así que no estaba segura de poder hacerlo de nuevo.

-Justin.
-¿Duele?
-Un poco.
-Está bien, ven.
-¿Qué vas a hacer?
-Vas a dormir y yo te voy a abrazar hasta que cierres los ojos.

Me acomode sobre su pecho y no supe cuánto pasó para que me quedara dormida entre los brazos de mi jefe.
En la mañana cuando abrí los ojos gracias al sol que entraba por la ventana de la habitación entre ojos pude ver que Justin no estaba en la cama así que asumí que se había ido mientras dormía y en ese momento recordé todo lo que se hablaba en la oficina sobre él y todas esas mujeres con las que solía tener solamente una noche de sexo y después desaparecía. Me levanté y me hice una coleta, entré al baño a lavarme la cara y los dientes para salir a preparar algo de desayunar; cuando salí de mi habitación y caminé hacia la cocina vi a Justin hablando por teléfono en la terraza sentado frente al computador de espaldas a donde yo estaba así que camine despacio para no hacer ruido y en cuanto colgó el teléfono lo abracé por el cuello.

-Buenos días.
-Buenos días ¿Te desperté?
-No, de hecho cuando desperté pensé que te habías ido.
-Se que tengo mala fama en la oficina, pero jamás te dejaría a ti.
-... ¿Qué haces?
-Aunque este de vacaciones no puedo dejar de trabajar al 100%.
-¿Es el proyecto de los italianos?
-Me gustaría decir que sí, pero es otra cosa.
-¿Puedo?
-Claro.

Le eche un vistazo a los papeles de Justin y eran unos documentos de compra de partes de acciones de un hotel en las Bahamas.

-¿Vas a comprar un hotel?
-Quisiera no, pero tengo que hacerlo.
-¿Por qué?
-Ese hotel era de mi padre pero en un arrebato vendió una parte de sus acciones a su supuesto amigo, mi papá quiso recuperar su parte pero cuando quiso hacerlo las acciones estaban casi al triple del valor en que habían sido vendidas y ahora estoy a pie yo de recuperarlas para él.
-Que lindo gesto, tú puedes hacer esas cosas... Yo no pude ayudar a mi mamá a qué no perdiera la casa de mis abuelos por falta de dinero.
-¿Puedo saber qué pasó?
-Cuando mis abuelos murieron dejaron su casa hipotecada y el banco se quedó con ella, mi mamá no tenía el dinero para pagar el resto de la deuda y yo no podía ayudarla más, en ese tiempo estaba terminando de pagar mi casa y no podía hacer mucho así que perdimos la casa en la que mi mamá y su hermana crecieron y en dónde pase los mejores años de mi vida hasta que llegué a Nueva York.
-¿La casa está en Polonia?
-Sí, mi hermano me dijo que ha pasado por ahí un par de veces y la casa ya está en venta.
-¿Y por qué no tientan comprarla de nuevo?
-Como pasó en el hotel de tu papá, el precio de la casa está mucho más elevado que antes y no tener o el dinero para hacerlo, ya nos hicimos a la idea de que perdimos ese lugar.
-Lo siento mucho.
-Está bien, no todo en esta vida sale como uno quiere.

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