Capítulo 30

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-Hola Mia.
-Hola Susan.

-Hola Justin.
-Hola Susan.
-¿Lo de siempre?
-Sí por favor.

-Susan, ella es Hanna la novia de mi papi.
-Ah.

-Hola.
-Hola.
-¿Necesitas tiempo para leer el menú?
-Eh no, lo mismo que Justin está bien.
-Ok.

-¿Y tú Mia, que vas a querer, lo de siempre?
-Sí por favor.
-Bien.

La mesera se llevó los menús algo seria, fue un momento bastante incómodo.

-No le hagas caso a Susan.
-Sentí que me encajaría el bolígrafo en el cuello.

-A Susan le gusta mi papi, pero él dice que es muy joven para él.
-Lo es.

-Tiene 17 años, es una niña.
-A mí también me gustaba alguien mayor cuando tenía esa edad.
-¿A si?
-Era un amigo del trabajo de mi papá, era más joven que él pero lo veía como un hermano menor hasta que se enteró que le gustaba a su hija de 17 años y dejó de llevarlo a casa cuando yo estaba allí.
-¿Y qué pasó?
-Pues nada, dejé de saber de él cuando vine a Nueva York hasta que llegó la invitación de su boda.
-¡Auch!
-Fue una linda ceremonia.
-¿O sea que si fuiste?
-Ya tenía 20 años y no me gustaba más, solo fue algo de mi adolescencia.

-Hanna.
-Si cariño.
-Necesito ir al baño, pero no puedo quitarme esto.
-Vamos, te acompaño.
-Ok.

-Ahora regresamos.
-Está bien.

Le había puesto unos jeans y un suéter rosado y unos tenis blancos a Mia pero no tenía la fuerza para quitar el botón de sus jeans.

Le había puesto unos jeans y un suéter rosado y unos tenis blancos a Mia pero no tenía la fuerza para quitar el botón de sus jeans

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-Papi nunca me pone jeans, siempre uso vestido y pants.
-Es más sencillo para ti, lo siento.
-Ok, me gusta como me vestiste.
-Tú papá también te viste muy linda.
-Mi papá no sabe de ropa de chica.
-Créeme, sí que sabe.

No le iba a decir a una niña que lo que su papá sabía hacer era quitarle la ropa a las mujeres con los ojos cerrados.

-¿Mi papá sabe de ropa de mujer?
-Sí, tu papá se viste muy bien y en su trabajo la mayoría de las mujeres que trabajan ahí también se visten muy bien.
-¿Sabes donde trabaja mi papá?
-Sí, yo trabajo con él.

Mia salió del baño, la ayudé de nuevo con sus jeans, nos lavamos las manos y volvimos a la mesa con Justin.

-Acaba de llegar el desayuno.
-¿Seguro que no me va a envenenar?
-Seguro.
-Está bien.

Terminamos el desayuno y después fuimos a una plaza comercial donde había un área de juegos enorme para los niños y ahí Mia era feliz.

-Así que este es el lugar favorito de Mia.
-Sí, todos los fines de semana venimos a este lugar, no para de correr y jugar con todos los niños que se encuentra aquí.
-Es el único momento en que es una niña de verdad y se olvida de todo.
-Sí, es su momento y por eso la dejó que juegue todo el tiempo que quiera.
-Justin, gracias.
-¿Por qué?
-Por dejarme ser parte de la vida de tu hija.
-Mia te adora, gracias ti se ha dado cuenta que no todas las mujeres son como su mamá...

-¡Papi, papá!
-¿¡Qué pasa mi amor!?

Mia llegó corriendo y llorando a dónde estábamos sentados comiendo helado.

-¡Mi mamá... Mi mamá!
-¿¡Viste a tu mamá!?
-¡Sí, por favor que no me lleve!
-Tranquila mi amor, no te va a llevar.
-¡Ya me quiero ir de aquí papi!
-Sí mi amor, ya nos vamos.

Justin
Cargué a Mia quien estaba llorando y Hanna llevaba el helado y la mochila de Mia, desde que salimos de la plaza hasta que llegamos a casa no paró de llorar; Hanna la llevó a mi habitación y se quedó con ella hasta que se durmió.

-Ya se durmió ¿Estás bien?
-Sí, estoy bien.
-Nunca te había visto así.
-¿Qué hacía esa mujer allí, por qué fue a buscar a mi hija?
-No sé Justin, yo también me pregunto lo mismo.
-Ella me la dejó, no puede ahora volver por ella.
-A ver cálmate, no sabemos si fue a buscar a Mia o fue una casualidad que la viera.
-¿En serio crees que fue casualidad?
-A ver, no te enojes conmigo, yo solo intento ver el lado menos negativo de las cosas.
-Tienes razón, perdón es que esto me pone mal.
-Poniéndote así no vas a arreglar nada; Mia está bien y eso es lo importante.
-Bueno sí.
-... Tengo que ir a ver a mi familia, no sé que pasó con mi hermana y Erik pero no quiero dejarte así.
-No te preocupes por mí, ya estoy más tranquilo y Mia está durmiendo. Ve a ver a tu hermana.
-Está bien pero llámame si me necesitas.
-Ok, gracias ¿Te veo en la noche?
-No sé, déjame ver cómo está todo en casa y te aviso.
-Está bien, te acompaño a tu coche.
-No, quédate con Mia por si despierta.
-Ok, Hanna.
-¿Si?
-Te quiero.
-... Yo también te quiero.

Para mí no era nada fácil decir "Te quiero" a una persona, Hanna era la primera persona a la cual se lo decía y lo hice porque lo sentí y quise que lo supiera. Oficialmente era mi primera novia formal a la que quería que todo el mundo conociera.

Hanna
Le dí un beso en los labios y me fui, tenía que ir a casa para ver mi hermana y saber que iba a pasar con la boda.

-Hola familia.
-Hola.
-¿La misma ropa de ayer?
-No pude ir a cambiarme a casa de Noah.
-Entonces te quedaste con Justin.
-Sí y no empieces de hermano protector porque ya no soy una niña.
-No eres una niña pero te ensucias de helado de chocolate la camiseta.
-Mejor me voy a dar un baño y me cambio.
-Ok.
-Por cierto ¿En dónde está Nathalie?
-Ella y Erik salieron, no sé a dónde.
-¿Entonces si habrá boda?
-Eso parece, anoche se quedaron hasta tarde hablando y hoy en la mañana solo desaparecieron.
-Al menos habrá boda.
-Eso parece... ¿Cómo te fue con Justin?
-... Ya somos novios oficialmente.
-¿Ahora si de verdad?
-Sí.
-Felicidades hermana.
-Gracias.
-Hanna.
-¿Si?
-Ya vete a bañar, no puedo con ese chocolate en tu camiseta.
-Ya voy.
-¿Cenamos juntos?
-Claro.

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