Libres (Sukuna)

1

El viejo me mira y sonríe amable, eso me revuelve el estómago. Él siempre se mantuvo serio, incluso cuando se enorgullecía de mi avance solía hacer sus comentarios de forma seria, casi sentía que era una critica para seguir esforzándome, jamás pude sentirme realmente feliz por sus cumplidos. ¿Se despide de mi?.

*Ya sabes que hacer, Lilith-incluso suena más suave que nunca.

*No hagas eso-digo molesta, él mantiene su sonrisa.

*Controla tus emociones-dice suave-recuerda para que fuiste criada-hago una mueca e intento respirar-no tenemos mucho tiempo, esconde eso-dice apuntando la lanza que flota tras de mi, muevo mi mano delicada y suavemente, tal como me enseñó y la lanza desaparece-recuerda, no intentes enfrentarlo, sólo mantente oculta y ataca desde la oscuridad-su bastón se enciende con una intensidad alta pero el fuego no lo consume, hace un movimiento circular sobre el suelo con él y se crea un circulo que rodea el templo, no se extiende a la naturaleza que le rodea, no quema las flores o los arboles.

Las nubes comienzan a apretujarse en el cielo, chocan una tras otra y el viejo al sentirlo mira el cielo, vuelve a sonreír.

*Esperaba tener un poco más de tiempo.

*Puedes hacer lo que te digo-recrimino ansiosa y preocupada-vete al pueblo, yo lo detendré-él me sonríe-tú eres el sacerdote del templo, sabes mucho más que yo, puedes proteger a la gente pero yo...

*No puedo abandonar este lugar, Lilith-siento la presión en mi pecho-no lo malentiendas, no tengo miedo, ni remordimientos, nada que me ate a este mundo-dice sereno y se agacha tomando un poco de la tierra húmeda-bueno, sólo uno-me mira.

*Ya te dije que no hagas eso-le pido molesta-sólo porque nos llegó la hora no significa que tengas que ser sentimental-digo y las lagrimas se juntan en mis ojos, rechino los dientes molesta. ¿por qué tengo que exponerme de esta forma?.

*No estés triste-aprieto los labios-está cerca, ve dentro del templo-me quedo mirándolo un segundo, pidiéndole silenciosamente que entre razón y se aleje de este lugar pero él hace una seña con la cabeza, asiento y me volteo molesta conmigo misma.

¿Por qué? ¿Por qué no puedo abrazarlo? ¿Por qué no puedo despedirme de él de la forma que quiero, agradecerle por sus enseñanzas, por su paciencia, por su compañía? Al menos no moriré sola, ambos nos vamos a pudrir en la misma tierra.

*Lilith-me llama cuando termino de subir los escalones en la entrada del templo, lo miro-¿podrías a hacerme un último favor?-frunzo el ceño pero asiento-si la oportunidad aparece, utiliza el primer hechizo que te enseñé-hago una mueca.

*Pero nunca lo practiqué-digo confundida-no sé si pueda realizarlo.

*Te aseguro que podrás, sólo ten en mente lo que te enseñé-asiento-gracias-sonríe nuevamente-todo va a estar bien-casi quiero gritarle si acaso el miedo le hizo perder la cordura pero las lagrimas se juntan en grupo en mis ojos y todo lo que puedo hacer es asentir en su dirección para correr la mirada rápido.

Su imagen queda grabada en mi mente. Por última vez veo al hombre que fue mi maestro, de quien aprendí todo, quien me enseñó no sólo sobre los poderes básicos que debo manejar como guardián del templo sino que también algo de hechicería prohibida y antigua, me enseñó sobre las maldiciones, los peligros de este mundo y sobre las reglas básicas para ser sacerdotisa...aunque nunca logré serlo realmente, el viejo siempre estuvo a mi lado, diciendo que el día que él muriera yo estaría lista pero ahora, ambos moriremos.

Entro al templo acariciando las murallas por última vez, el cemento frio y gris me congela más los dedos pero no los quito, este es el único hogar que tuve y ahora será destruido. El vidrio conecta con las yemas de mis dedos, el vidrio de color enterrado en las murallas son los símbolos de nuestras creencias, nuestra "magia", nuestra ley y nuestra historia.

La puerta de la última habitación se abre ante mi susurro, entro al lugar y veo en el centro un pilar mediano de piedra y sobre este dos dedos flotan, al rededor del pilar en el suelo hay dos círculos. Vuelvo a mover mi mano y la lanza aparece, me subo sobre ella y cuando llego a las maderas que se cruzan sobre el lugar apoyo mis pies en la madera, teniendo una vista completa de la habitación.

El ruido llega dos minutos después y tengo que respirar hondo varias veces para calmar mi animo. Él sabia que moriría, el dolor es parte de la muerte que Hiro había aceptado, no puedo estar triste ni llorar, ahora solo tengo una tarea.

*Escudo de relámpagos-digo y del circulo más grande se encienden rayos protegiendo los dedos-cascada-del circulo más cercando al pilar se elevan aguas gruesas, miro la lanza a un lado de mi y muevo mi mano a ella-lanza espiritual ataque-la lanza cambia de forma, de tener una punta delicada y pequeña se vuelve a una punta grande y mucho más filosa.

La puerta se abre y veo al intruso, se ve como un hombre cualquiera. Su pelo es rosado y lo que llama mi atención es la forma en que su cuerpo está lleno de marcas negras que se ven porque lleva el pecho descubierto. La expresión en su rostro es de aburrimiento incluso cuando fija sus ojos en los dedos del pilar, en la cara también tiene marcas pero lo que más me toma de sorpresa son sus ojos, ojos rojos como la sangre que gotea de sus manos.

Levanta su mano y cuando toca el muro de relámpago su cuerpo es expulsado fuera del templo, escucho un leve quejido de sorpresa antes de que su cuerpo desaparezca. Aunque la situación es critica, sonrío orgullosa. 

Al menos no se lo daré tan fácilmente.

*¿Crees que me lastimaste?-dice una voz detrás de mi, el cuerpo se me tensa y siento como el corazón deja de latirme, su risa choca contra mi piel y me sorprende el calor-lamento la decepción-toca mi hombro pero su cuerpo se aleja de mi soltando otro quejido de dolor y sorpresa, su cuerpo termina incrustado en la muralla del templo con mi lanza enterrándose en su pecho-maldito viejo-levanto mi mano y sale de su pecho y viene hasta mi, me subo sobre ella y él escupe sangre por la boca.

*Te ruego que abandones el templo-digo y escucho como comienza a reír, su carcajada le sacude el pecho abierto pero él parece no notarlo, mis pies tocan el suelo al otro lado de la sala.

*¿Ruegas?-dice divertido-eso suena a orden-veo como se levanta y se acomoda el pelo hacia atrás sonriendo de forma coqueta, la sangre no deja de correr desde su pecho al suelo-pero está bien, yo voy a enseñarte a rogar.

Lo que pasa es muy rápido, su cuerpo vuelve a estar tras de mi, la lanza se interpone pero con un toque esta se va chocando contra el techo y perdiéndose en el cielo oscuro. Su mano toma mi cuello y comienza a presionar de forma lenta, choca mi cuerpo contra la muralla y yo me quejo levemente por el impacto, algo atraviesa mi costado y la sangre pronto se acumula en mi boca. 

*Por cierto-sonríe, levanta la mano y veo de reojo que el campo se desactiva.

No puede...

Sus carcajadas vuelven a escucharse por el lugar, me fijo en la sangre de su pecho y estiro mi mano de forma temblorosa, él me mira con pena y presiona mi cuello.

*Esto es patético-dice pero veo en sus ojos y en el tono de su voz la diversión, el liquido tibio hace contacto mis dedos generándome una extraña electricidad, sonrío y en un rápido movimiento llevo la sangre a mis labios lamiendo la sangre-¿qué...?

*Ex...pel Sukuna-digo apenas y una corriente de aire nos expulsa fuera del templo a ambos.

Mi cuerpo choca con el suelo húmedo, al abrir los ojos veo el cuerpo de Hiro y casi quiero reír. ¿Por qué ese hechizo? no sabia que el viejo podía ser tan sentimental, intento moverme en su dirección pero mi cuerpo cede y no deja que me mueva, siento como la sangre escapa de mi cuerpo por el costado y comienzo a marearme. Quiero reír pero siento como los pulmones me arden, lo último que siento son los pulmones ardiendo y como mi cuerpo deja de responderme, su cara aparece y me mira desde arriba, está sonriendo pero con los ojos llenos de furia.

-o-

Holis

Una aclaración importante para leer la historia. 

La historia está medianamente basada en el manga/animé y sus reglas, así que, si hay algo que no coincide, ya sea, tiempo, escenarios, poderes, actitudes, etcétera es porque está escrito para la conveniencia de la historia creada en mi cabeza. Además los personajes no son míos, excepto por la protagonista y uno que otro.

10-4