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Me detengo frente al templo sintiendo muchos nervios, no esperaba tener que hacer esto tan pronto, miro atrás y a lo lejos veo a Gojo junto a Itadori quien levanta su pulgar animándome. Entro al templo y veo como las figuras en las murallas se encienden, respiro hondo y me detengo, los símbolos se encienden con un color celeste muy lindo. Antes de llegar a la sala de rituales, uno de los muebles se abre y puedo ver un kimono de tela suave y blanca, me quito toda la ropa y me cubro con el kimono, que me cae más abajo de las rodillas.

Debes entrar con la ropa de ese mueble, ropa que nadie ha usado, ropa sagrada.

Camino hasta la única sala donde Hiro me prohibió entrar, al ponerme frente a la puerta los símbolos de esta también se enciende pero de color blanco, empujo la muerta despacio y la sala se enciende de un color fuego, como si en las murallas hubieran antorchas.

El enorme hoyo en el suelo frente a mi de pronto se llena de agua y yo sonrío.

¿Cómo fue el ritual?-el viejo me mira serio

Tienes que aprender a ser paciente-su voz es seria pero detecto el leve regaño, aun así mantengo mi vista esperando hasta que él suspira-depende de lo que crea la tierra que es tu don, en mi caso fue el fuego-asiento-el lugar se llena de eso y tu debes entregar tu cuerpo

No entiendo

Lo sabrás ese día

No puedo ver el fondo pero por alguna razón los nervios ya se me calmaron por completo, entro en la piscina y extrañamente el kimono no flota, sólo se pega a mi cuerpo, me concentro en el agua cuando un sonido muy conocido estalla en el lugar, miro hacia arriba y veo los rayos en el techo, aunque sé que el techo está ahí pareciera que no, la imagen de una noche nublada con relámpagos se hace presente. El agua se mueve muy poco cuando termino de entrar en ella, sé que esta helada pero no puedo tiritar, unas cuerdas invisibles tiran de mi hacia abajo y mi cuerpo choca contra el suelo, la cuerda invisible está en mi cuello, muñecas y piernas. 

El aire me falta pero no intento moverme o soltarme, ni siquiera intento salir del lugar, ¿podré morir aquí?, cierro los ojos y la oscuridad sólo dura unos segundos porque una luz cegadora me molesta los parpados, abro los ojos y tres figuras flotan sobre mi, son más bien como unas manchas de color flotando en el agua y sé que me miran aún cuando no tienen ojos.

¿Eres digna?

La voz suena en mi cabeza y me genera un dolor sentir su voz haciendo eco en mis oídos. Asiento y miro directo a la mancha de color verde brillante con borde rojo, la otra mancha es del mismo color del agua y solo puedo distinguirla porque el borde que rodea su "cuerpo" es negro y la ultima es de color gris.

Es altanera

No tiene humildad

La mancha verde y gris hablan y cierro los ojos molesta, intento mover la mano pero no lo logro, de hecho siento como si la cuerda se apretara aún más.

Ningún guardián y sacerdotisa debe ser así

Dejó el templo

Y lo volverá a dejar

Sólo porque su sangre...

*No abandoné el templo por voluntad propia-siento como mi propia voz se alza en mi mente silenciando a las otras-¿esperan que diga que no estoy lista? Me pase la vida preparándome para esto-digo molesta y sintiendo que el aire me quema en los pulmones-hubiera preferido tener más tiempo con mi maestro y aprender, tenía mucho más que aprender pero si tengo que tomar el cargo, lo haré-las voces se quedan en silencio

Libres (Sukuna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora