Libres (Sukuna)

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/Itadori/

Despierto lentamente, antes de abrir los ojos escucho la lluvia fuera. Parece que no dejó de llover en toda la noche, puedo sentir el frio en la habitación y el viento correr.

Olvidé cerrar la ventana.

Abro los ojos y lo primero que captan mis ojos es el ventanal abierto, el agua cae sin para y tengo la sensación de que la lluvia tampoco parara hoy. Me siento en la cama y me limpio los ojos, me estiro y levanto para ir al baño.

Hace mucho frío.

Me lavo las manos y mojo la cara y cuando veo mi reflejo me doy cuenta de que estoy desnudo.

¿Qué...?

Mi espalda choca contra la puerta asustado, intento recordar algo pero lo ultimo que hay en mi cabeza es ver a Lilith triste en la lluvia, la invite a bailar pero luego de eso todo es oscuro.

¿Qué pasó?

Abro la puerta asustado y recién noto las partes de madera de la cama a un lado, el colchón esta en el suelo y el cabezal junto a las otras partes están partidas en dos. Camino hasta la cama intentando buscar mi ropa pero sólo veo pedazos de ella.

¿Qué fue lo que pasó?

Voy hasta la puerta pero antes de salir choco con Lilith que suelta una leve sonido de sorpresa.

*¿Itadori?-pregunta confundida.

*Lilith, ¿Qué pasó?-ella me da una mirada rápida y llevo mis manos hasta tapar mi miembro-desperté y estoy desnudo, la cama esta destrozada y no recuerdo nada-digo nervioso, ella me estira un kimono blanco y yo lo tomo con una mano.

*Lo siento-dice dándose la vuelta, ella también lleva un kimono blanco que le llega hasta los talones, me pongo el kimono rápido-no te asustes, es que ayer Sukuna salió.

*¿Él te hizo algo?-pregunto asustado y la volteo para mirarla, sólo ahora me fijo en las marcas que tiene en el cuello y como bajan por el escote, me sonrojo al verlo.

No lleva nada debajo de eso.

*No-dice ella sonrojada haciendo que me concentre en ella de nuevo-pero yo no pensé en que tu...-veo como aprieta los puños y sus ojos se llenan de arrepentimiento-lo siento mucho, no lo pude controlar y sé que suena a excusa pero...-tomo sus mejillas.

*¿Estás bien?-ella me mira sorprendida-¿estuvo bien para ti?

*No seas amable conmigo-susurra-siento como si me hubiera aprovechado de ti-sonrío enternecido.

*Oye esta bien-digo bajo-me tomo de sorpresa estar desnudo y eso fue todo.

*Lo siento-dice y me abraza, sonrío y la apego más a mi.

Ella me abrazó sin pensar.

Pienso emocionado y solo me alejo cuando ella lo hace.

*¿Quieres comer algo?-pregunta avergonzada-quería prepararte algo pero sólo logre preparar algo de café y calentar el pan.

*Eso esta bien-digo bajo-y si no te importa me gustaría saber qué fue lo que pasó ayer, qué viste-hace una mueca y asiente.

Nos sentamos a comer en la entrada de su templo porque ella quiere ver la lluvia. Me cuenta de lo que le mostró Elia, lo que pasó con ella y su demonio, de lo que les ocurrió a las otras sacerdotisas y finalmente me cuenta de Hiro y su madre, que ellos la tuvieron y los mensajeros o dioses la asesinaron, que obligaron a Hiro a criarla como sacerdotisa sin que pudiera demostrarle algo de cariño.