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/Lilith/

Sólo un poco más.

Pienso mirando por fuera de la ventana. Han pasado siete días desde que la pequeña y adorable maldición se volvió algo parecido a un demonio, siete días desde que llegó esa preciosa maldicion Nomi y siete días desde que ese...

No pienses en eso, Lilith.

Respiro hondo mientras el agua tibia me relaja el cuerpo.

*Lilith-llama Ashi fuera del baño, suspiro y cierro los ojos-si no me respondes, abriré la puerta.

*¿Qué?-digo de malas.

*Tu maldición alada volvió-me levanto de golpe y me pongo el kimono sin importar que la tela vaya a mojarse, abro la puerta-ojalá fueras así de rápida cuando mi señor te ordena algo.

*¿Dónde esta?-pregunto ignorando su comentario.

*En el techo de tu habitación-sonrío y salgo de la habitación, el ventanal por fin no tiene seguro de nuevo.

Cuando ignoré a Sukuna el primer día y me vio con la maldición alada, mandó a cerrar mi ventanal y vigilar mi puerta durante la noche. Sabía que él creería que escaparía con la maldición y por eso tuve que quedarme quita los siguientes días, calmando mi ansiedad por ir al lugar con el que no he dejado de soñar.

No he vuelto a hablar con Sukuna, me he negado a obedecer cuando manda a llamarme a su trono y habitación. Eso obviamente lo ha molestado, odia que lo ignore tanto como que desobedezca pero se ha distraído bastante con su nueva maldición.

He tenido que ver cómo su relación avanza a diario, al principio sólo los veía en las cenas que ofrece en la noche para su invitados, pero estos últimos dias he visto la forma en que él la trata.

-Ella será su reina.

*Hola-digo cuando veo a la maldición sobre el techo y ésta al escucharme baja rápido-¿cómo estuvo tu viaje?-la maldición enseña los dientes.

*Lilith, ¿por qué has estado ignorando a mi señor?-pregunta Ashi, ruedo los ojos.

*¿Encontraste el mar?-pregunto ignorando a Ashi que ha insistido hablar de Sukuna todos estos días, la maldición levanta una de sus garras y toca mi cara humedeciendola-ahora tendrás que pensar en otro lugar para explorar-digo de forma casual.

*Creí que ustedes estaban bien considerando que durmieron juntos y....-la maldición ante mi le ruge molesta y yo debo rodear su cuello para calmarlo pero no puedo ocultar mi sonrisa-¿no quieres contarme?

*No quiero hablar sobre él-digo dándole la señal a la maldición para que vuele, veo como se aleja entre los árboles.

*¿Es por la llegada de Nomi?-entro a la habitación para buscar ropa y vestirme-mi señor necesita una reina y alguien que pueda darle hijos, además sería mal visto si él rechazará...

*Te dije mil veces durante estos días que no me interesa, Ashi-digo cortandola.

No sólo se trata de la llegada de la chica perfecta a la vida de Sukuna, es el hecho de que ella es todo lo que él quiere. Ella le obedece, se arrodilla ante él, no levanta la mirada ni muestra emociones de desprecio a las maldiciones bajo Sukuna. Nomi se queda donde él quiere, no habla si él no se lo pide, no responde ni se muestra irrespetuosa, es dulce y educada.

Ella es perfecta.

Y él no ha dejado de darle presentes en las fiestas que hace cada noche, él brinda por ella. Al principio sólo debía presenciar cómo hablaban en las cenas pero ahora él pasea con ella por los jardines ofreciéndole su brazo y besa su mano con delicadeza.

Libres (Sukuna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora