/Lilith/
Mis ojos están fijos al frente pero mi mente viaja a la parte del libro en la que quedé. Cuando dije que haría lo que estuviera en mi alcance no esperaba que esta fuera una opción, siento la cicatriz en mi espalda darme una descarga de electricidad y resisto el impulso de temblar por ella.
El infierno.
Esto va mucho más allá de mi imaginación, aprieto los puños y veo como el primer rayo cae en la arena cerca de mi, pego un salto y veo a las tres personas en la cancha mirarme preocupados. Tengo que calmarme, tengo que respirar y controlarme.
*¿Está todo bien?-pregunta Itadori desde la cancha, me mira preocupado así que sonrío y asiento.
*Perdón-digo y hago una esfera de agua en mi mano para distraerme pero mi mente vuelve al libro.
Los demonios.
La solución parece tan simple y al mismo tiempo tan difícil, veo a los chicos seguir su entrenamiento, Itadori tiene una expresión seria pero su imagen sonriente y amable no es difícil de recordar. Tengo que hacerlo, aunque nunca me entrenaron para eso en teoría debería servir, puedo hacerlo, Hiro me enseñó bien, quiero hacerlo, todo va a salir bien. Pero si Itadori sabe seguro va a querer detenerme, además debo convencer a Sukuna y si ambos se ponen del mismo lado no hay forma en que pueda ir allá, no mientras Sukuna pueda llevarme ante él.
Al otro lado está Gojo sentado, me tiro del labio molesta, quizás él podría ayudarme, de todas formas él puede saber algo sobre esto o al menos ayudarme a convencer a Itadori, con Sukuna podría arreglarme, sólo necesito algo que sea de su interés. Me levanto y me siento a un lado de Gojo que sonríe al verme.
*¿Vas a contarme lo que te preocupa?
*En realidad, vengo a pedirte ayuda-asiente-encontré algo con lo que podríamos salvar a Itadori-su expresión se vuelve seria e inclina su cuerpo hacia a adelante-lo que encontré probablemente no le agradé pero es la única solución a corto plazo y seguramente la única que podré conseguir.
*Dime
*Debo ir al infierno-su reacción es la que esperaba, guarda silencio y me mira serio pero yo mantengo la expresión seria-Itadori se va a negar por completo, ni siquiera creo que vaya a escuchar razones.
*¿Qué hay de Sukuna?-aprieto los labios.
*Eso es algo de lo que creo puedo encargarme con un poco más de tiempo-asiente.
*Incluso yo sé que es una mala idea, no seria razonable apoyar a nadie con eso-dice serio.
*Lo sé-aseguro-pero...no tengo nada más.
*Es demasiado riesgo-miro a Itadori que mira en nuestra dirección, ambos nos miramos serio y aun así sé que no hay nada malo.
*Le dije que iba a hacer lo que estuviera a mi alcance-susurro.
*Te apegaste mucho a ellos-vuelvo a mirarlo-sé que las sacerdotisas tienen vidas solitarias, por eso tenia la esperanza de que pudieran llevarse bien-hago una mueca-lamento que tuvieran que conocerse en este escenario.
*No podría ser más trágico-por alguna razón la idea me hace sonreír-aunque aun hay una posibilidad, por eso debo tomarla.
*Si tu estas completamente segura...-me mira y yo asiento sin pensarlo-bien, te apoyaré.
*Gracias-susurro aliviada.
Decido hablar con Itadori antes de ir a dormir, cuando estemos solos en la habitación así avisarle a Sukuna sin que nadie pueda interrumpirnos, me paso la tarde pensando en una buena razón para darle a Sukuna y todas las que se me ocurren me parecen insuficientes, si bien no le importa que viva o muera el hecho de que yo pueda saber la ubicación de sus dedos es de su interés, tanto así que no quiere que me aleje.

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Libres (Sukuna)
Fantasy*¿Y qué de interés podrías ofrecerle a alguien que ni siquiera está interesada en su vida? *Libertad-ofrece con un tono bajo y el sonido de esa palabra hace eco en mi cabeza-ser sacerdotisa toda una vida sin ser capaz de escoger tu propia vida segur...