Las voces se escuchan lejanas y como murmullos, como si estuvieran susurrando para que yo no las escuche, intento moverme molesta pero mi cuerpo no responde a mis mandamientos, ¿Qué pasa ahora?. El recuerdo de lo que pasó viene a mi cabeza y aunque no quiera me siento feliz, Sukuna llegó cuando esa maldición estaba golpeándome.
-Somos todos unos idiotas.
-Yo no estaba así que no entro en ese grupo.
-No sirve de nada lamentarse ahora, pero sí, fueron unos idiotas al dejar que se fuera sola.
-Creí que Sukuna la detendría, él también entra en el grupo de los idiotas.
Quiero sonreír y decir que él nació, creció y se volvió rey en ese grupo pero el cuerpo sigue sin responderme. Una sensación extraña me recorre el cuerpo y caigo de rodillas sobre agua conocida, el lugar sigue igual y cuando levanto la vista veo a Sukuna sentado sobre su trono mirando con superioridad hacía abajo. Suspiro y me pongo de pie, nos miramos unos segundos pero presiento que él espera que hable primero, a ver qué es lo que se me ocurre decir.
*Gracias-digo bajando la mirada a mis pies-gracias por salvarme de esas maldiciones y por ir por mi-suelto los puños y suspiro lista para escuchar su risa burlona pero nunca llega, sus pies aparecen ante mi y yo levanto la vista, aunque su mirada es de superioridad su expresión es seria-búrlate rápido-me quejo, suspira y mira al cielo.
*Así que ahí esta la chica a la que conozco, creí que el veneno ya te había afectado el cerebro-lo miro molesta y me cruzo de brazos-ya que entiendes que tomaste la decisión más tonta, haciendo caso omiso de mi razón y sabiendo que eso ya te humilla lo suficiente, vamos a dejarlo aquí-ruedo los ojos-no vuelvas a hacer estupideces.
*Ya entendí-digo entre dientes-aunque ir a mi templo no es una estupidez.
*Ir por tu cuenta si-dice serio.
*¿Qué hago aquí?-pregunto confundida.
*Supongo que tendremos que aclarar las cosas para evitar una decisión como la anterior-lo miro sorprendida.
*¿Te costaba tanto hacer esto antes y así ahorrarnos esto?
*Tienes una extraña forma de mostrar agradecimiento-dice serio-en mis tiempos las sacerdotisas eran muy distintas-por alguna razón esa frase me molesta y aprieto los labios-eran dulces, sumisas, muy obedientes y con un carácter muy suave.
*Por eso se extinguieron-digo molesta, eso lo hace sonreír-¿vas a explicarme lo que pasa?-suspira.
*¿Qué no entiendes?-dice como si fuera la cosa más normal de pronto estar unida a alguien por un estúpido hechizo.
Quizás ha estado unidas a otras sacerdotisas.
La idea me molesta y quiero golpearme por ser tan estúpida.
*¿Qué significa literalmente estar unidos?
*Significa que mi alma se enlazó a la tuya de cierta forma.
*¿De cierta forma?-pregunto.
*Como tú bebiste mi sangre de cierta forma el hechizo me afecta más a mi-dice haciendo una mueca-para estar completamente unidos yo debo beber la tuya-frunzo el ceño.
*Parece más algo de vampiros que hechiceros y maldiciones-suspiro-¿Y el que tu alma esté unida a la mía te impide matarme?
*Lamentablemente-asiento e inevitablememte se me escapa una sonrisa. Es un dato interesante, no importa cuánto lo moleste, no puede asesinarme, así que, si lo irrito demasiado sólo tendrá que aprender a respirar-¿qué?

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Libres (Sukuna)
Fantasy*¿Y qué de interés podrías ofrecerle a alguien que ni siquiera está interesada en su vida? *Libertad-ofrece con un tono bajo y el sonido de esa palabra hace eco en mi cabeza-ser sacerdotisa toda una vida sin ser capaz de escoger tu propia vida segur...