/Lilith/
La lluvia no deja de caer sobre mi, estoy empapada, cada tanto tengo un temblor que me recorre el cuerpo pero me niego a alejarme de la lluvia, ni siquiera siento mis dedos y nariz por el frio pero siento mi mente está tan apagada y el pecho me pesa, mis ojos dejaron de soltar lagrimas hace un rato.
Soy su hija y jamás tuve el valor para darle un abrazo.
De reojo veo como alguien se pone a mi lado, sé que es Itadori, es la única persona que está aquí conmigo. ¡Que imagen más patética de sacerdotisa!, me sentía tan orgullosa, tan fuerte, tan bien y ahora me siento como pelusa mojada. No quiero que me diga que lo siente, no quiero ver la lastima en sus ojos...¡Ya tengo suficiente con mi propia lastima!
Patética.
*Ven-dice, levanto la vista y veo como estira su mano a mi.
*No quiero entrar-susurro, él sonríe y mantiene su mano, suspiro y dejo que me ayude a ponerme en pie, cuando lo logro su mano rodea mi cintura y me acerca a él, lo miro frunciendo el ceño sorprendida-¿qué haces?
*El clima está perfecto para bailar-dice alegre.
*No sé si tengo ganas-digo bajo, él se aleja dando un paso hacia atrás y tomando mis manos, luego me hace dar dos vueltas, sonrío y veo como se aleja dando unos saltos de forma exagerada, eso me hace soltar otra risa un poco más alta. Se detiene en un pie y me mira estirando su mano a mi, ruedo los ojos divertida y doy vueltas hacia él.
Me olvido del frio, de que el agua ya hace que la ropa me pese y que tengo un horrible dolor en el pecho y sólo me pongo a bailar bajo la lluvia junto a Itadori quien me sostiene con cuidado levantándome y dándome vueltas en el aire cada tanto.
En cierto momento nos alejamos el uno del otro pero no me detengo, los relámpagos no se hacen esperar e iluminan la oscuridad con su luz electrizante, escucharlos y ver su luz me hace sentir mucho mejor, extrañamente mi enojo aumenta y mis movimientos son más violentos, uniéndose a ellos los relámpagos comienzan a chocar contra el suelo.
Las imágenes de Hiro y mi madre vienen a mi cabeza, cierro los ojos con fuerza.
-Sabias que ella era la ultima pero ahora que tuvieron una hija...
Basta, Lilith.
Me niego a culparme por esto, me niego a creer que yo fui la responsable de la muerte de mis padres, de que su felicidad se acabara y de haber roto el corazón de mi padre. La muerte de Hiro, cómo su piel cayó intentando llegar a mi, el hecho de que se le permitió estar conmigo con la condición de negar mi origen, de dedicarse a enseñarme y tratarme como a una sacerdotisa, de jamás tratarme como a una hija, con amor o delicadeza y el hecho de que la ultima vez lo hizo y yo estaba muy asustada como para acercarme a darle un abrazo. Siento las lagrimas nuevamente en mis ojos y suelto un sollozo bajo.
El brazo de Itadori me sostiene y volvemos a bailar pero ahora muy juntos, su cuerpo esta ardiendo a diferencia del mío y aunque el contraste es mucho se siente muy bien pero nos detengo a mitad del baile cuando su nariz choca con la mía, abro los ojos para poder fijarme en él pero los ojos rojos me miran tan intensamente que un escalofrío me recorre el cuerpo. Mi pecho sube y baja rápido porque la respiración se me vuelve irregular, su mano acaricia mi mejilla de forma muy lenta.
*Creí que no volverías a salir frente a mi-susurro sin saber qué decir exactamente, él sonríe.
*No sabia que me extrañabas-dice bajo, el dolor vuelve a mi junto a la molestia, su mano sostiene mi mentón con fuerza sin dejar que baje la mirada-¿quieres hablar?-niego-¿quieres seguir llorando?-vuelvo a negar, su mano baja a mi cuello y siento su uña rosándome la piel, su otra mano va lentamente a mi espalda y me acerca a él-no me detengas-el corazón se me dispara.
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Libres (Sukuna)
Fantasi*¿Y qué de interés podrías ofrecerle a alguien que ni siquiera está interesada en su vida? *Libertad-ofrece con un tono bajo y el sonido de esa palabra hace eco en mi cabeza-ser sacerdotisa toda una vida sin ser capaz de escoger tu propia vida segur...