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/Lilith/

El agua esta ardiendo pero mi cuerpo se relaja al sentirla, entro a la enorme tina en el suelo dejando que el agua me cubra hasta las clavículas. Sonrío de forma amarga una vez más, sus ojos enojados sobre mi pagaron todo lo que tuve que soportar anoche.

-Ten-dice Atriel volviendo a llenar mi vaso con alcohol-nunca creí que una humana fuera tan valiente.

-No necesito tus halagos-digo haciendo un esfuerzo por sonar tranquila y cómoda-por cierto, ¿por qué todos se ven así?-digo mirando a su grupo-¿por qué no se ven como humanos.

-No los dejo-dice Atreil llamando de nuevo mi atención, levanto una ceja.

-¿No te gusta la competencia?-pregunto burlona y él se lame los labios de forma coqueta, le doy otra mirada a Sukuna que mantiene sus ojos al frente. 

No importa si finge no prestar atención porque puedo sentir su mirada sobre nosotros cada cierto tiempo.

-No tengo competencia-asegura llamando mi atención de nuevo-no quiero que crean que son iguales a mi.

-Nadie nunca pensaría eso-digo haciéndolo reír bajo.

Mi cabeza cae hacia atrás recostándome en el suelo y cierro los ojos. 

Esta tan enojado que no lo he visto o escuchado en todo el día, ni siquiera he visto a Fuji o Ashi lo que me ha dejado respirar bastante. Pero como una precaución poco útil, me he quedado en mi habitación, de todas formas no tengo muchas ganas de salir, no después de haber coqueteado con esa maldición.

Incluso si fui yo lo llevo tan lejos....

El recuerdo no me hace sentir orgullosa ni bien, solo me divierte recordar lo enojado que Sukuna se veía al ver que desobedecí sus ordenes y el hecho de que no podía hacer nada por arriesgar a su invitado y lo que sea que él tiene que es de su interés.

El agua se mueve y cuando me enderezo veo a Sukuna dentro de la tina, saca los brazos fuera apoyándolos en el suelo haciendo que sus los músculos de sus brazos resalten y que su pecho se veo mucho más grande. El corazón se me acelera con sólo verlo, él es muy atractivo y su cuerpo sólo le ayuda a dejar a las maldiciones femeninas con los ojos abiertos y a las masculinas a temblar o sentirse pequeños.

*¿Qué crees que haces?-espeto molesta e intentando cubrirme el pecho con las manos, el lugar es oscuro y mi cabello sirve pero eso no quita que estemos desnudos en la misma habitación.

*¿Qué parece que hago?-dice sonando aburrido y dejando que su cabeza caiga hacia atrás de forma sensual.

*Tienes otro baño-le digo como si fuera obvio-¿por qué....?

*Deja de pedir explicaciones como si las merecieras-dice haciendo que guarde silencio-¿se puede saber qué fue lo de ayer?-una sonrisa se pinta en mi rostro.

*Cumplí tus órdenes, ¿no?-digo intentando sonar dulce.

*Mis órdenes fueron mirarlo, no sentarse a su lado y menos coquetear de esa forma-me mira y por alguna razón verlo tan serio, sin esa sonrisa orgullosa y coqueta me pone los pelos de punta-mis órdenes no fueron que te pasaras la noche a su lado.

*¿Conseguiste lo que querías?-pregunto seria.

*No cambies el tema, Lilith-trago duro-¿qué fue eso?

*Sólo quería ayudar a que obtengas lo que quieres-una de sus manos entra al agua y toma un poco para peinar su cabello hacia atrás dejando a la vista aun más su rostro.

*¿Con quién crees que hablas?-dice bajo-¿crees que vas a engañarme? ¿a mi?-guardo silencio.

Habla, cobarde. Ahora lo tienes al frente, dile lo que piensas.

Libres (Sukuna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora